MIéRCOLES, 27 DE NOV

2 de abril: todo está vivo a pesar del dolor

En una entrega especial para Conclusión, Magno Producciones visitó en su casa a Miguel Carbajo, ex combatiente de Malvinas, quien, a través de su historia, arroja luz a ese calvario. "Hay que seguir tirando de la soga", asegura el veterano de guerra.

 

La guerra de Malvinas no solamente es una fecha trascendental de la historia argentina. Es también el hito que marcó a sangre y fuego la vida de muchos jóvenes argentinos que debieron acudir a esa gesta patriótica; de jóvenes que de repente se encontraron «como si fuera un entrenamiento más» yendo a las Islas. Y van a venir. Y no van a venir. Y ellos vienen. Y el fuego. Y el hastío. Y la incertidumbre más absoluta que se pueda uno imaginar. Y por más que se intente no se puede.

A partir de la hospitalidad y la valentía de Miguel Ángel Carbajo, veterano de la guerra, Conclusión se acercó, al menos por un rato, a una sensación más nítida de ese episodio. Despojado de cualquier tipo de romanticismo, su relato retrotae a esos días entre abril y junio de 1982. Humildemente, permite adentrarse, junto a él, en el pozo en el que dormían, las piedras en las que se cubrían, la curtiembre del frío, el hambre y el hedor. La estadía bajo mando inglés tras la rendición, para los que creían que conocían lo insólito. También vivenció su regreso a las islas, 34 años después: todo estaba intacto.

«Si te pasaba algo… toda una vida quedaba trunca ahí»

El broche de oro, en el final del reportaje, por si la fecha no estaba lo suficientemente cargada emotivamente: su nieto nació un 2 de abril. El mismo día pero años atrás, recibía la orden de ir, sin saber si volvería, a defender un lugar que nunca había conocido, otro rincón de la tierra austran en el que quizás pocas veces pensó.

Su familia, amigos y el trabajo fueron pilares fundamentales para que Miguel pudiera salir adelante y esto no es poco decir: post-Malvinas el número de muertos (mayoritariamente casos de suicidio o «autodestrucción») ya iguala o supera al de muertes en combate (las cifras difieren de acuerdo a las fuentes pero las estimaciones van de 500 a 700).

Sus recuerdos de esa época, masticados y procesados, nos permiten comprender, desde el respeto, algo de aquellos días. Sin buscar compasión ni homenaje, este hombre quiere que escuchen su historia: la de un sobreviviente.

 

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