La empresa textil Eyelit cerró una de sus dos plantas productivas, ubicada en la provincia de Catamarca, y ahora se encuentra en pleno proceso de negociación de la desvinculación de sus 58 trabajadores, a los que ofreció formar una cooperativa.

La planta productiva que cerró, ubicada en la localidad de Sumalao, en el departamento de Valle Viejo, pertenece a Tileye, una subsidiaria de Eyelit, y fue inaugurada hace 35 años.

Según detallaron desde la empresa, en un contexto de caída persistente de ventas -de entre 25% y 30%- se sumaron «importantes pérdidas» en los últimos períodos que llegaron a más de $11 millones durante el último año, que no se pudo financiar.

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El rubro textil no queda a salvo de la contracción de la actividad económica y la industria en general. Según el último informe de Utilización de Capacidad Instalada del INDEC, en septiembre de este año el sector textil utilizaba apenas el 49,1% de su potencial de producción, por debajo del promedio general de 61,1 por ciento.

Según la Unión Industrial Argentina (UIA), la producción fabril se desplomó 7,7% interanual en septiembre y la cadena textil-indumentaria fue la de peor desempeño de todas las ramas analizadas, con una contracción del 25% respecto de septiembre de 2017, para acumular una caída de 11,6% en los primeros nueve meses de 2018.

El sector enfrenta duros obstáculos para su subsistencia, en particular las pequeñas y medianas empresas. A la suba de costos, principalmente las tarifas, y la fuerte presión tributaria, se suman la competencia de los productos importados, las elevadas tasas de interés que impiden el financiamiento y complican la cadena de pagos, y la caída del consumo interno por salarios cuyo incremento quedó debajo de la inflación.