Un repartidor de Glovo murió en la noche de este sábado tras ser atropellado por un camión de los servicios de limpieza en Barcelona. El joven tenía 22 años y el siniestro ocurrió en el cruce entre la calle Balmes con Gran Vía de las Corts Catalanes.

La precariedad nos mata, Glovo nos mata”, “este modelo de negocio te obliga a trabajar muchas horas» y «somos los nuevos esclavos del siglo XXI, trabajamos en condiciones indignas”, dijeron compañeros del joven fallecido, que protestaron en la sede de la empresa.

Glovo envió un comunicado en el que «lamenta profundamente la muerte del repartidor». «Estamos colaborando estrechamente con las autoridades para determinar las causas de este lamentable suceso. Por el momento estamos contactando con la familia para transmitirles nuestro apoyo y condolencias. En cuanto se esclarezcan los hechos iniciaremos los trámites para activar el seguro privado que cubre la actividad realizada por el repartidor en caso de accidente».

En su comunicado, el Ayuntamiento lamentó, «una vez más», la muerte de este ciudadano, y trasladó su pésame a la familia y amigos, y ha reafirmado su «compromiso para continuar trabajando para reducir las víctimas de accidentes de tráfico en la ciudad».

La cuenta de Twitter @ridersxderechos, que aglutina a buena parte de los repartidores que llevan comida a domicilio, aseguró: «Esta noche en Barcelona un compañero de Glovo ha muerto mientras trabajaba. Llevamos avisando mucho tiempo de que esto acabaría pasando. La precariedad nos mata, Glovo nos mata. No vamos a permitir ni una muerte más. Basta ya. Nuestras condolencias a la familia».

Protesta

Luego del hecho, trabajadores de cadeterías se congregaron en la sede de la empresa en Barcelona para protestar contra la compañía y exigir mayores medidas de seguridad.

«Sabíamos que esto pasaría antes o después porque este modelo de negocio te obliga a trabajar muchas horas«, dijo Javier Morata, extrabajador de esta empresa de reparto a domicilio en bicicleta.

«Somos los nuevos esclavos del siglo XXI. Trabajamos en condiciones indignas y el cansancio provoca accidentes», ha señalado un trabajador nepalí que no ha querido dar su nombre pero ha asegurado que conocía al fallecido y que era compatriota suyo.

«Los inmigrantes todavía cobran menos que los nacionales, porque como no tienen papeles no facturan directamente a la empresa sino que lo hacen a través de intermediarios que se llevan una comisión».

Los manifestantes también ha quemaron bolsas de reparto al grito de «esclavistas» y «explotadores» a los responsables de la empresa.