Trabajadores encolumnados en la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval (Fempinra) marcharon por el centro porteño hacia el Ministerio de Trabajo de la Nación, donde el triunviro cegetista y titular del gremio, Juan Carlos Schmid, reafirmó la necesidad de convocar «a un paro general» y advirtió que «el descontento desborda a las organizaciones sindicales».

«No podemos esperar hasta el 22 de agosto para expresar el descontento que desborda a las organizaciones sociales», aseveró el dirigente, en referencia a la fecha fijada para la elección de autoridades en la central obrera, y dijo que esa postura ya la expresó frente al Consejo Directivo de la CGT.

En este sentido, al pronunciar un discurso durante el acto con el que se cerró la protesta realizada por los marítimos esta mañana, Schmid dijo que «el principal organizador» de esa movilización -que partió de la avenida Belgrano y Paseo Colón y que, tras su paso por el Ministerio de Defensa finalizó frente a la sede de la cartera laboral- había sido «el propio Poder Ejecutivo, con un trazado económico que castiga al hombre de trabajo».

Schmid disertó desde un palco improvisado sobre un semiremolque frente a las puertas del Ministerio encabezado por Jorge Triaca, que compartió con dirigentes como Rubén Coria (guincheros); Raúl Huerta y Julio González Insfrán (de Patrones y Oficiales de Pesca); Hugo «Cachorro» Godoy (ATE); y representantes de los Astilleros Río Santiago y Tandanor.

La protesta consistió en una marcha por el bajo porteño, en el marco de un paro de 24 horas convocado en rechazo a «la ausencia de una política de desarrollo integral de la actividad, las estrategias de ajuste sobre los trabajadores del sector y el regreso al Fondo Monetario Internacional (FMI)».

Durante su alocución, Schmid también recordó que, desde el gremio, gestionaron «durante dos años leyes para la industria naval y para la recuperación de la marina mercante».

«El veto que hizo el presidente Mauricio Macri ha sido decirle al pueblo argentino que es mentira que están preocupados por el costo logístico, porque, si hubieran estado preocupados, hubiesen sancionado la ley», afirmó.

Por otro lado, sostuvo que «el regreso de la Argentina al Fondo Monetario Internacional no trae ningún buen recuerdo, pero no solamente a nuestros trabajadores sino al pueblo argentino».

«El programa del FMI terminó con la convertibilidad del 2001 y con 37 muertos y lo que no quiere el sindicalismo argentino es poner los muertos y los despedidos. Lo que no queremos es que nos signa jodiendo la vida, carajo», exclamó el dirigente cegetista.