Desde la tarde, los empleados despedidos de Electrolux se encuentran realizando un acampe frente a la fábrica, tras una denuncia realizada por la empresa en donde fueron amenazados con desalojarlos a través de represión de la puerta de su lugar de trabajo, en Batlle y Ordoñez al 3400.

Ante esto, los trabajadores exigen la intervención del Ministerio de Trabajo y del gobierno provinial de Miguel Lifschitz.

Según acusan, la denuncia de la empresa fue por una “insólita acusación” de portar “armas de fuego”, lo que aseguran “es algo lógicamente absurdo y se demostró falso”.

Luego de dicho accionar por parte de la empresa, la justicia les anunció “que intervendría la fuerza pública, es decir con represión”.

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“Es un conflicto donde 20 familias estamos desesperadas sin saber si podremos llevar un plato de comida a nuestras mesas, y nunca fuimos citados a dialogar en Ministerio de Trabajo, siendo un conflicto laboral”, expresaron los trabajadores en un comunicado, donde exigieron “que intervenga el Ministerio de Trabajo y el gobierno” para que puedan recuperar su trabajo. “Es nuestra familia la que queda en la calle junto con nosotros. Somos trabajadores, no somos delicuentes”, agregaron.

Desde las 17, se dieron cita en la puerta de la fábrica organizaciones de derechos humanos, estudiantiles, de mujeres y sindicales, donde se realizó un acto contra la represión en la que consideran una situación “extrema y preocupante”.

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“Es un conflicto por puestos de trabajo. Nunca algo así se resolvió con represión. Queremos trabajar, nada más”, finalizaron.

Días atrás, la Unión Obrera Metalúrgica de Rosaroi consiguió que no haya más despidos en la empresa hasta fin de año, según anunció su representante, Antonio Donello.