Trabajadoras de vigilancia privada nucleadas en Sutca Rosario denunciaron públicamente este miércoles a la empresa de seguridad Rosegur por «maltrato, abusos laborales sobre mujeres y despidos arbitrarios». El reclamo se llevó adelante con un corte de calle en Rioja al 1.035.

Según informaron los manifestantes, la empresa señalada trabaja para la Municipalidad de Rosario, a la que le piden que intervenga para regularizar la situación. «Trabajamos 240 horas mensuales y ganamos 14 mil pesos por mes. Dibujan los recibos de sueldo para que figure que trabajamos 60 horas», contó Sara Blanco, una de las empleadas de vigilancia afectadas, en declaraciones a Conclusión

La firma, indicaron desde Sutca Rosario, tampoco respeta licencias por maternidad, ni por accidentes de trabajo. A esto se suma la falta de contemplación de aquellos casos de trabajadores de riesgo, que tampoco fueron licenciados ante la pandemia.

«Las mujeres trabajamos de noche y no nos pagan la hora nocturna. También realizamos tareas en hospitales, aun con compañeras que son factores de riesgo, porque son diabéticas y tampoco les reconocen esa licencia», indicó Blanco.

La precarización laboral no termina ahí. Según apuntaron desde Sutca, la empresa tampoco otorgó barbijos, máscaras ni uniformes a quienes tuvieron que trabajar durante la emergencia sanitaria. «Trabajo hace un año y recién ahora me dieron un pantalón», ejemplificó Sara.

Flavia Colasso, otra de las trabajadores de vigilancia privada que participó del reclamo, es insulinodependiente e igualmente -según relató ante Conclusión– tuvo que trabajar durante toda la pandemia. «Sino no me pagaban. Además me obligaron a firmar un papel en el que decía que no tengo ninguna enfermedad», contó. 

«Cuando vine -continuó- a pedir que por favor me den licencia paga, me dieron una sin goce de sueldo. Ahí me prometieron que si volvía a hacer algún tipo de reclamo me iban a sacar con la policía».

Rocío Chaperon, también participe de la jornada de lucha, afirmó que tuvo que transitar una situación similar cuando necesitó ausentarse de sus labores por cuestiones de salud. «Tuve un accidente, me lesionaron las manos durante un robo, y la empresa no me quiso pagar. Jamás me regularizaron todo lo que me deben. Hace un año que estoy peleando. Hay muchísimas personas en la misma situación, cuando reclaman son echadas», advirtió ante Conclusión.