La cadena de electrodomésticos Musimundo, una de las más grandes del país (al menos hasta hace poco tiempo) está cada vez más comprometida a raíz de la situación de Carsa, compañía que es una de las dueñas y comenzó a sufrir la falta de liquidez extrema.

Musimundo cerró más de 50 locales en todo el país en el último año, como parte de la reestructuración de la millonaria deuda que mantiene con bancos, que le impidieron afrontar sus obligaciones negociables y sus respectivos intereses y servicios.

Ahora se suma el no pago de indemnizaciones y salarios. La firma se había comprometido a abonar esos conceptos luego de los últimos despidos, perpetrados los primeros días de octubre, lo cual aún no se concretó.

Los trabajadores cesanteados principalmente afectados por esta carencia corresponden a las sucursales de Olavarría, Bahía Blanca y Neuquén, que cerraron en el pasado mes.

En tanto, trabajadores de la sucursal de Tucumán reclamaron porque al día de hoy no se les pagó el salario de septiembre.

Musimundo viene arrastrando problemas por lo menos desde 2017, con origen principalmente en la caída del consumo pero sobre el que también influyen otros factores.

Luego un proceso de expansión que incluyó apertura de locales en todo el país, la cadena llegó a tener más de 100 tiendas en el territorio nacional.

El directorio había advertido en mayo de este año que tenía “un faltante de caja de $706 millones que la compañía no puede financiar con recursos propios ni con créditos bancarios”.

Según los datos del último informe del Banco Central, la deuda bancaria actual de la empresa escala a alrededor de $1.500 millones y tiene cheques rechazados por más de $26,5 millones.