Los trabajadores metalúrgicos de Acindar Villa Constitución reclamaron otra vez hoy «la inmediata reincorporación de 12 despedidos», a la vez que sindicalistas y empresarios de la localidad acordaron en el Ministerio de Trabajo de Santa Fe un cuarto intermedio hasta el jueves próximo en procura de una resolución del conflicto.

Los operarios de la compañía se movilizaron el viernes último en Villa Constitución y, luego de un encuentro en la cartera laboral provincial -con participación de funcionarios de Trabajo de la Nación-, acordaron una nueva reunión para este jueves.

«Villa Constitución no es cualquier ciudad. Tiene una extensa tradición de defensa de los derechos de los trabajadores, basada en la propia fuerza y la solidaridad de quienes saben que nunca una lucha fue local sino que se enlazó con las de los operarios y el pueblo. Los obreros tienen la capacidad de responder de inmediato cuando las patronales procuran descargar la crisis sobre ellos», expresó Gustavo Martí­nez, dirigente de la Central de Trabajadores Autónoma (CTA) de la provincia.

El martes último, luego de casi una semana de paro, la cartera laboral provincial dictó la conciliación obligatoria, que fue acatada por los metalúrgicos pero no por la patronal, ya que no permitió a los cesanteados recuperar sus puestos de trabajo.

La reunión del lunes último en Trabajo «no fue fructífera», señaló Silvio Acosta, delegado y titular de la CTA provincial.

El conflicto se inició por el despido de 12 operarios: seis precarizados con casi cuatro años de antigüedad, cuyos contratos vencieron, y otros seis empleados de planta con hasta diez años de tareas y, tras seis dí­as de huelga, se dictó la conciliación.

No obstante, las desvinculaciones no fueron formales, ya que «nunca se los notificó, se les impidió el ingreso y se les otorgó luego un régimen especial de licencia, aunque la empresa los da por despedidos en las negociaciones», apuntó el gremialista.

«Somos como fantasmas. No estamos despedidos pero tampoco podemos ingresar», expresó Juan Castellini, de 33 años, uno de los despedidos del sector de colada continua, área con elevados índices de siniestralidad y que requiere por ello más personal.

Castellini reseñó que al producirse la crisis mundial, «la empresa modificó las vacaciones y ello fue aceptado; suspendió personal; no se adoptaron medidas de fuerza y siempre se colaboró con lo que la patronal denomina sustentabilidad. Pero no es posible negociar ahora el empleo y la familia», señaló el trabajador.
El secretario adjunto de la CTA local, Marcelo Cortés, expresó su «preocupación» porque Acindar tiene «una historia de despidos muy grande», y aseguró que la actual incertidumbre «se traslada a Paraná Metal, otra fábrica con extenso historial de cierres, pase de manos y reapertura, donde están en riesgo 140 empleos».

Martínez ratificó el estado de alerta de la CTA y explicó que «la situación se inscribe en maniobras patronales para chantajear a los trabajadores con el fantasma de la desocupación o el despido y también a los gobiernos para lograr algunos privilegios».

La empresa Acindar publicó el domingo último una solicitada reconociendo lo que denominó «errores del pasado», a lo que Martínez señaló que la compañía llama «errores del pasado» haber tenido dentro del predio «un centro clandestino de detención y haber aportado a su ministro de Economía José Martí­nez de Hoz».

También promovió, exigió y planificó el secuestro y detención masiva de cientos de delegados, activistas y trabajadores de forma previa al golpe y participó en el ensayo de la represión ilegal consensuada entre patronales, Fuerzas Armadas y el Estado, dijo.