La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) considera admisible el teletrabajo sólo en el contexto de la pandemia y rechaza la posibilidad de que esta modalidad subsista luego de la emergencia social y sanitaria, argumentando que “no puede haber un Estado presente con trabajadores ausentes”.

El pronunciamiento surgió de la reunión del espacio del Estado nacional encabezado por el secretario adjunto, Rodolfo Aguiar, en la que también estuvieron presentes el secretario administrativo, Eduardo de Gennaro, el secretario gremial, Alejandro Garzón, la secretaria de organización, Mercedes Cabezas, el secretario de interior, Vicente Marti, y otros miembros de la conducción nacional.

«El teletrabajo es inadmisible para la administración pública en un nuevo escenario de normalidad. No podremos tener un Estado presente con trabajadores ausentes. No se trata de una empresa privada y es precisamente la cercanía con el pueblo la que caracteriza nuestro labor, ya que son las franjas sociales más vulnerables las verdaderas usuarias del sistema o destinatarias de los servicios y prestaciones estatales», expresó Aguiar.

Según la información oficial de la Secretaría de Gestión y Empleo Público, en la actualidad sólo el 14% del recurso humano se encuentra trabajando de manera presencial y el 63% lo hace de manera remota, mientras que el resto se encuentra en uso de licencias autorizadas.

Ante la posibilidad de que este modo de trabajo se regularice por la pandemia de COVID-19 a través de su debate en el Congreso, el dirigente estatal consideró: «La realidad nos muestra que estamos frente a un fenómeno que favorece la precarización y tercerización de servicios, aunque lo cierto es que esta práctica se impone en el contexto de urgencia, por lo que debiéramos aceptar su regulación excepcional y por un tiempo determinado. El teletrabajo no puede quedarse en el Estado luego de la pandemia».

El sindicato conformó un grupo de estudio e investigación específico que trabajó durante varias semanas sobre el tema y elaborará sus conclusiones finales en las próximas horas.

En las reuniones que tuvieron por zoom, puntualizaron algunos de los impactos negativos que el teletrabajo puede causar en los trabajadores: Torna invisible la relación laboral; genera horas excesivas de trabajo; no se reconocen las horas extras; no se autorizan las licencias por enfermedad; existen riesgos de no declarar síntomas de enfermedad o lesión; alto estrés por objetivos de productividad elevados; ausencia de indemnización por accidentes de trabajo; existe riesgo de pérdida de estatus de asalariado; y la precarización es mayor para las mujeres ya que se establece hasta una triple jornada laboral.

Además, detallaron las consecuencias que implica para los sindicatos: Hay una disminución o debilitamiento del colectivo del trabajo; desaparece la solidaridad y militancia sindical; falta de apoyo de los teletrabajadores a las huelgas; posibles pérdidas de afiliados por su paso a la figura de autónomos; mayor explotación por parte del empleador; y lugares de trabajo precarizados e inestables.

Ante todas estas problemáticas estudiadas por el equipo de trabajo, Aguiar opinó que “las bondades que los empleadores quieren mostrar con esta modalidad no alcanzan a encubrir a la enorme pérdida de derechos individuales y colectivos que nos exponemos”, por lo que declaró: «No vamos a prestar nuestro aval a ningún proyecto de ley sin la participación de los trabajadores y cualquier reforma temporal debe ser aprobada en el ámbito paritario».

«Nuestro principal desafío como representantes sindicales en este momento es disputar el sentido porque lo importante es saber qué piensan los trabajadores y tenemos la sensación de que muchos de ellos pueden estar a favor de esta modalidad, ya sea por sentirse atraídos por la posibilidad de no trasladarse y cumplir la jornada en su domicilio o por presión de perder el empleo», sostuvo el adjunto de ATE.

El Gobierno nacional y distintos distritos provinciales ya han lanzado encuestas para conocer la opinión de los agentes estatales.

El debate sobre el teletrabajo continuará en los próximos días cuando el Congreso retome la discusión, por lo que Aguiar manifestó: “Tenemos que evitar que las patronales aprovechen la pandemia para avanzar con el teletrabajo. Si eso ocurre más allá de la emergencia sanitaria, uno de los sectores que habremos empezado a pagar el costo de la crisis seremos los estatales».