La Asociación Empleados de Comercio de Rosario junto a los trabajadores se concentró frente a las puertas del local de la firma Garbarino, ubicado en peatonal Córdoba 1235, para exigir el pago de los salarios adeudados.

Desde el gremio manifestaron que Carlos Rosales, quien figura como dueño de la firma de electrodomésticos, no abonó los salarios a los trabajadores luego del cierre de esa y todas las otras sucursales de Rosario y del resto del país.

En diálogo con Conclusión, el secretario gremial Juan Gómez expresó que «no hubo soluciones hasta el momento a nivel nacional y no se ha definido la situación de los trabajadores. Pasa el tiempo y la deuda se agranda, lo único que están cobrando es un Repro de 22 mil pesos, una ayuda del Gobierno pero no hay definiciones de parte del sector empresario, que a su vez manifiesta en las reuniones con el Ministerio de Trabajo que hay inversores. Mientras esto ocurre los trabajadores no cobraron los meses de junio, julio y aguinaldo, y no tienen ninguna mejora en sus haberes y generan situaciones criticas porque estamos hablando de 4 mil trabajadores en todo el país».

Sobre la situación de los locales de la ciudad el referente de AEC dijo que «en Rosario el único local que esta abierto es el del Portal, Compumundo y Garbarino pero no tienen elementos para vender, ni siquiera el sistema informático, pero los trabajadores están asistiendo porque están defendiendo sus puestos de trabajo, y esto es para destacar porque no se ve lo mismo de la parte empresaria ni del Gobierno nacional que queremos que sea más firme en esta situación».

Gómez indicó que desde el gremio «la propuesta es que mientras esto se resuelve, los trabajadores cobren más que un Repro, que cobren sus salarios», por otra parte consideran que el Gobierno nacional «debería convocar a los acreedores, a los trabajadores y a quienes fabrican en el sur del país para que se forme una cooperativa o una Unidad Transitoria de Empresas (UTE) que permita empezar a trabajar con esto para que no solamente se abran los locales sino que se puedan conservar los puestos de trabajo». 

En el mismo sentido, aclaró que «dramáticamente los trabajadores están abandonados por esta patronal que lo único que esta haciendo es negocio, pero no se ocupan de las necesidades de sus trabajadores». 

«El señor Carlos Rosales y el Grupo Garbarino, que están a cargo de la empresa y son los responsables de esta situación no asisten a las audiencias nacionales, ni sus abogados y no se hacen cargo de su responsabilidad empresaria», se quejó Gómez.

Por su parte, Cristian Messina trabajador de Garbarino, señaló que «los directivos de la empresa se están yendo, es lo que más preocupa porque los gerentes no se presentan en las sucursales y no tenemos información de nada. Lo único que se hacen son audiencias una vez por semana y es lo mismo de siempre», no se presentan.

El conflicto alcanza a unos 60 trabajadores en la ciudad de Rosario pero a nivel nacional asciende a unos 4 mil afectados. 

A la pérdida de la fuente de trabajo, la falta de pago de los sueldos se suma la imposibilidad de acceder a los sistemas de salud ya que «las obras sociales no nos atienden porque no están pagando, no llegamos a pagar las cuentas y apenas nos alcanza para la comida», expresó el trabajador.  

La situación de la empresa no es producto de una crisis económica sino de un «vaciamiento constante de los locales», además «ya casi no queda mercadería, están vendiendo lo que queda y solo pueden vender en efectivo porque no hay sistema.»

Cabe señalar que el empresario Rosales es también propietario del pool de radios Radio Continental AM 590, Los 40 Principales FM 105.5, la FM 104.3 y las plataformas digitales de cada una de ellas, que compró en enero al grupo español Prisa. Además, es presidente de la aseguradora Prof y protesorero del Club San Lorenzo de Almagro.

En Rosario alrededor de 60 los trabajadores que se quedaron sin sus puestos laborales y que, al momento del cierre intempestivo de la firma, aún tenían por cobrar tres meses de sueldos y el medio aguinaldo.

El conflicto provocado por el cierre de Garbarino es de orden nacional, el más importante en la actividad privada de los últimos treinta años, porque abarca en sus inicios más de 4.300 trabajadores, que ahora llegan a los 3.800.