La llamada marea blanca que inundó las calles porteñas durante nueve semanas, con médicos y profesionales que reclamaban por cambios radicales en el sistema de salud, falta de médicos residentes y concurrentes y otros derechos esenciales, obtuvo sus logros, entre ellos, que un residente de primera categoría cobre 205 mil pesos y no esté por debajo de la Canasta Básica Familiar. Pese a los avances en materia de derechos, la lucha continúa por las garantías laborales de los concurrentes. Un reclamo que comenzó en Buenos Aires y se extendió al resto del país.

En diálogo con Conclusión Daniel Solis, médico Pediatra del Hospital Garrahan (matricula provincial Nº 23976), que depende del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, explicó, primero, cuáles son las diferencias entre “residente” y “concurrente”, también habló sobre las movilizaciones que se extendieron por nueve semanas, los logros obtenidos y los que aún faltan por conseguir.

—¿Cuál es la diferencia entre concurrente y residente?

—Tanto residentes como concurrentes somos profesionales de la salud, que egresamos de la universidad, obtenemos nuestro título y eso nos da la posibilidad de poder colegiarnos en distintas instituciones y tener la matrícula. Pero para aquel médico que desea especializarse tiene que hacer una carrera de posgrado y existen las carreras. Entre ellas, la residencia es la mejor vía para formarse y adquirir conocimientos y especializarse. Para eso tiene que recibirse, tener una matrícula y rendir un examen o entrevista y competir por los lugares que los distintos hospitales y centros de salud que el Estado otorga.

Diferencias sustanciales

Explicó Solís que “los residentes tienen salario, ART y cobertura social, mientras que los concurrentes hacen la misma tarea, pero no reciben salario ni ART”, y remarcó: “Son trabajadores que no reciben ningún tipo de paga”.

“Finalizada la formación cada uno rendimos la especialidad y así se va especializando. Si quiere otra especialización tiene que hacer una nueva residencia”, agregó.

Daniel Solis, médico pediatra del Hospital Garrahan

Tiempo y estudio

Solís contó que su residencia depende el Ministerio de la Ciudad de Buenos Aires. “Este año hubo compañeros que quedaron por debajo de la canasta básica familiar. Ante esa situación nos organizamos en asambleas intrahospitalarias y llevar los reclamos a todos los hospitales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para llevar el reclamo a las autoridades competentes”, relató.

“Recién a la séptima semana de lucha –agregó–, tuvimos una reunión, logramos que el Ministro de Salud del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires nos recibiera, nos ofrecieron 15 mil pesos pagados en tres cuotas, rechazamos la oferta por unanimidad, y decidimos ir a un paro por tiempo indeterminado”.

La marea blanca se llamó a la gran movilización que logró que la unión de residentes y concurrentes de Nación y provincia de Buenos Aires.

“Se pudo tener mayor diálogo y se logró que un residente de primer año cobre 205 mil pesos. La vitoria no sólo fue de los residentes sino también de los médicos de planta”, dijo Solís. Pero la lucha no terminó porque ahora están los concurrentes a quienes les faltan derechos y garantías.

En alerta

Si bien conseguimos que los concurrentes tengan la comida en las horas de trabajo, que antes no la tenían, estamos en mesa de diálogo para que tengan un seguro, no una ART porque no son considerados trabajadores y estamos tratando de ver de qué manera esos compañeros puedan tener un salario”, señaló el médico.

En el Garrahan son aproximadamente seis mil trabajadores, entre médicos, enfermeros, personal administrativo, entre otros. Un residente cubre más de 90 horas semanales, algunos llegan a las 300 mensuales y hasta nueve guardias de 24 horas al mes”, señaló Solís.

Lo que mostró la pandemia

“Muchos trabajadores hablaban que éramos esenciales y teníamos un sistema de salud que no estaba preparado para una pandemia: no había terapistas y eso puso de manifiesto que son formaciones que se necesitan. Más de que esenciales terminamos siendo descartables”, dijo.

En este momento, los médicos y profesionales de la salud se encuentran en estado de alerta por la precarización laboral. “Estamos reclamando, más allá de nuestros derechos, también lo hacemos por los derechos de la gente”, concluyó.