La Federación de Obreros Aceiteros anunció hoy un paro por tiempo indeterminado, tras una fallida audiencia en el Ministerio de Trabajo de la Nación al vencer la conciliación obligatoria.

Según indicó la agencia Noticias Argentinas, el gremio había exigido aumentos que van desde el 42% hasta el 48% para el personal de las plantas aceiteras.

Los porcentajes están muy lejos de la propuesta de actualización ofrecida por el sector empresario y de la inflación anual esperada por consultoras privadas, que oscila entre 25% y 30%.

Sectores empresariales plantearon que la Federación nunca estuvo dispuesta a negociar esos porcentajes, que en rigor terminaron siendo una imposición unilateral.

El sector privado alertó que la nueva medida de fuerza afectará el abastecimiento de aceites a la cadena comercial doméstica y paralizará embarques de exportaciones y el ingreso de divisas, en pleno apogeo de la cosecha gruesa (soja y maíz).

El sector de la industria aceitera señaló que en sus análisis la Federación confundió salarios básicos con totales conformados, lo que tornó «inviable» el pedido de aumento salarial fundado en sustentos erróneos.

Los gremios paritarios del sector son la Federación de Aceiteros -de alcance nacional pero sólo con alguna influencia al sur de Rosario- y el Sindicato de Aceiteros de San Lorenzo, con gravitación decisiva donde se encuentra la mayoría de las plantas industriales del complejo oleaginoso en el Gran Rosario, es decir, al norte de esa ciudad.

A la Federación Aceitera se le aplicó el primero de abril una conciliación obligatoria a un paro que, aunque coincidió con el nacional de Moyano, tenía sus propias reivindicaciones, ligadas con el reclamo paritario que asciende al 48% anual.

El Sindicato Aceitero de San Lorenzo, que discrepa con la Federación y la CGT Regional San Lorenzo, había pedido 38% de alza y, a diferencia de la Federación, aceptó una suma fija de $ 2.000 para abril, a cuenta del aumento definitivo, mientras continúa la negociación paritaria.

Es en ese panorama que ocurrieron el martes último en la noche los desmanes en la planta de Dreyfus en General Lagos (al sur de Rosario), con la participación de personajes encapuchados, que se mezclaron con los camioneros (algunos) que reclamaron por una demora adicional a la usual en tiempos de cosecha como ahora, originada en un quite de colaboración –sorpresivo- de la Federación lanzado el lunes.

El sector padece una elevada capacidad ociosa (más del 30%), a pesar del aumento de la cosecha, debido a la retención de granos por los productores, lo que se suma a la caída del 35% del precio internacional de la soja en un año.