Según establece un informe realizado por el Centro de Estudio para el Desarrollo Nacional Atenea en Infogremiales, “en la mayoría de los sectores, el cierre de las negociaciones paritarias rondó el 20% e incluyó la “cláusula gatillo”, un requisito que implica algún tipo de mecanismo de revisión si es que la inflación supera la cifra acordada”, sin embargo, casi todos los sectores perdieron poder adquisitivo durante el 2016, y no lograron recuperar lo perdido durante el 2015.

En casi todos los sectores del mercado de trabajo perdieron poder adquisitivo en 2016. Esto generó una gran desconfianza en los sindicatos que vieron como las mediciones de los índices de precios superaron ampliamente la proyección oficial y se llegó a una inflación promedio del 37,6% (41,0% según IPC CABA, 40,3% según IPC Congreso y 31,4% según IPC San Luis), expone el portal Infogremiales.

Es por esto que la disposición de la cláusula se vuelve una herramienta fundamental en este contexto. Sin embargo, de 26 sindicatos analizados en el trabajo de Atenea, la mitad no incluyó esta salvedad y pueden verse perjudicados si el número de inflación acumulada sigue creciendo (14% primer semestre 2017).

Damián Ledesma, Director del Centro Atenea expresó: “Las paritarias de este año no han logrado revertir la pérdida de poder adquisitivo del 2016. Los principales sindicatos sellaron acuerdos por encima de la inflación oficial pronosticada (17%) pero casi ninguno recompuso la capacidad de compra deteriorada desde el 2015. Otra discusión subyacente tiene que ver con los florecientes monotributistas, cuya modalidad de trabajo precaria no contempla aumentos de ingresos como si lo tienen aquellos que están en forma asalariada.”

Estas cifras analizan únicamente la evolución salarial de los sectores de la economía formal. Cabe destacar que existe más de un 30% de trabajadores informales que no cuentan con la valiosa herramienta de la paritaria para negociar sus salarios ni con la estabilidad que brinda un contrato formal.

“Si esta tendencia se consolida y las organizaciones colectivas disminuyen su representatividad, puede traer como consecuencia la presión de los salarios a la baja”, explican desde Atenea.