A una semana de que se lleven adelante las elecciones internas en la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos (Uthgra), el clima que las precede no deja de aumentar de temperatura.

Así, el próximo 2 de diciembre, el secretario general del gremio a nivel nacional, Luis Barrionuevo, procurará arrebatarle la conducción de la seccional porteña a su ex cuñado Dante Camaño a través de la candidatura del actual secretario de Organización de esa sede, Humberto Ballhorst.

Independientemente del resultado, ese día quedará plasmada una ruptura que se viene desarrollando en estos últimos tiempos entre ambos dirigentes sindicales, socios políticos y sindicales desde el año 1984, cuando Camaño se convirtió en titular de la seccional más importante del país con el apoyo de Barrionuevo.

Desde 1983 ésta será la primera confrontación con lista opositora en el bastión de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), donde estarán habilitados para sufragar unos 39.000 afiliados, muchos menos de los que había antes de la pandemia cuando la cifra alcanzaba los 64 mil.

Al respecto de los comicios, Camaño declaró recientemente: “Lamentablemente tendremos elecciones en la sede de la ciudad de Buenos Aires donde competiremos contra el invento de Barrionuevo porque en realidad nosotros no tenemos problemas en la ciudad”.

«Fundamentalmente, es un mal momento para hacer una interna gremial cuando tenemos 2.500 negocios perdidos, cerrados, en la CABA y 25.000 compañeros en la calle. Nosotros teníamos 64.000 afiliados registrados con trabajo genuino antes de la pandemia y ahora tenemos menos de 40.000 de los cuales la mitad no tienen sus aportes en regla porque hay problemas», detalló.

Por otra parte, el periodista Mariano Martin de ámbito.com, especifica que “Camaño alega haber obrado con precaución y ahorrado los recursos que no se utilizaron en ese lapso, como los destinados a turismo de la obra social, fiestas, colonias de vacaciones y otras actividades”.

Enseguida, afirma que el gremialista acumula ahorros en el Banco Nación unos 30 millones de dólares entre billetes y bonos y que Barrionuevo ambiciona hacerse de esos fondos al instalar una nueva jefatura afín.