Por el impacto en las ventas que la crisis económica del país está haciendo, la fábrica más antigua de cemento, cierra sus puertas. Este cierre se suma al del mes de junio, cuando 240 trabajadores de la misma compañía quedaron en la calle, tras el cierre de la planta de Barker en Benito Juárez.

La empresa, en principio, buscar reubicar a los 22 empleados que allí trabajaban en la molienda y en la producción, aunque, pierden su empleo otras 23 personas de servicios tercerizados. Desde 2018 la firma comenzó a desprenderse de los trabajadores de a poco, por «goteo», ya que no producía desde ese tiempo.

En el mes de agosto, las ventas de cemento volvieron a caer un 6% con respecto a igual mes del año anterior, producto de la falta de obra pública y la paralización de muchas obras privadas. La planta de Sierras Bayas venía reduciendo en los últimos años su actividad, de 3 a 2 turnos y finalmente a 1, pasando de 100 a 22 trabajadores.