El secretario general de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca (Aacpypp), Jorge Frías, denunció hoy que «la codicia y la fiebre de la captura del langostino producen situaciones límite en las formas de pesca de la flota de Rawson y arriesgan de manera innecesaria la vida y la salud de los tripulantes de esas naves».

El dirigente, integrante de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), explicó que «se impone la inmediata prohibición por parte del gobierno de Chubut o de las autoridades del Consejo Federal Pesquero (CFP) del ‘rebote’ de los barcos langostineros» para evitar que «la codicia arriesgue la salud física y psíquica de las tripulaciones y sus familias y también la vida y la convivencia a bordo de esas naves».

«La fiebre por la captura del langostino u oro rojo produce situaciones límite en las formas de pesca de la flota langostinera de Rawson y maltrato y stress al recurso pesquero a partir de brutales métodos de pesca con la estiba a bordo y el descarte del propio producto y las especies que lo acompañan», puntualizó el gremialista en un comunicado de prensa.

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Frías denunció que las autoridades del área y de la Prefectura Naval Argentina (PNA) autorizan el llamado ‘rebote’, que consiste en que un mismo barco y tripulación salga otra vez el mismo día, lo cual «es inhumano porque impide el descanso y la visita a la familia».

«Lo que prohibió en su momento el Convenio 188 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es violado en Rawson por la excesiva codicia y la inacción de las autoridades de control. Debe cesar el ‘rebote’ e impedirse que la misma tripulación salga a una nueva marea el mismo día por elementales normas de empleo y salud», puntualizó.

Frías calificó a esa situación como «una práctica viciosa» y previno que ya «se advierten situaciones de violencia en los buques pesqueros a partir de la falta de descanso o la necesidad de recurrir al auxilio medicamentoso por el stress o el agotamiento físico».

«En muchos barcos, las tripulaciones se quedan dormidas en sus cuchetas por agotamiento, y recurren al alcohol y otras ‘ayudas’ para tener más fuerza para subir y estibar la carga que en los puertos de Rawson y San Antonio Oeste es traída sobre cubierta, lo que viola las reglas mundiales de trato del recurso pesquero», concluyó.