Gastronómicos se manifestaron este martes frente a la sede local de Gobernación para reclamar que se les permita trabajar con menores restricciones al horario y el modo de funcionamiento. Sostienen que los contagios no se dan dentro de los locales y entienden que las últimas medidas estatales tendientes a disminuir la circulación fueron ejecutadas de manera injusta con el sector. Además exigen que los tres niveles del Estado otorguen beneficios impositivos que les permitan hacerle frente a la situación económica. 

Desde este lunes los bares deben cerrar sus puertas a las 19 en los departamentos Rosario y San Lorenzo. Luego de este horario solo pueden atender bajo las modalidades entrega a domicilio y retiro por el local. Las medidas serán solamente por siete días, aunque la evolución del escenario epidemiológico puede llevar a nuevas extensiones.

«El sector se encuentra bastante golpeado a raíz de lo sucedido el año pasado. Por más que ganamos algunos meses, la situación se está repitiendo. El año pasado fue una ridiculez arrancar (con las restricciones) en marzo sin contagios y ahora también pasa algo parecido. En 2020, con 1.700 casos se comenzaron a flexibilizar las restricciones. Ahora, con un tercio de eso se está cerrando», cuestionó Jorge Sauan, dueño de Gorostarzu. en declaraciones a Conclusión.

Según el gastronómico, en los momentos más críticos del año pasado cerraron entre 3 y 5 bares por día. 

«Comprendemos la situación que estamos pasando a nivel sanitario, pero creemos que fue mucho peor antes, cuando nos permitían laburar», argumentó.

Desde el punto de vista del sector, quedó más que demostrado que los protocolos de ocupación al 50% «no se traduce a contagios masivos», razón por la que exigen que se les permita volver a trabajar, al menos, en esas condiciones.

«El reclamo básicamente es que nos permitan laburar, aumentar las ocupaciones dentro de los bares. Esta situación empuja a la clandestinidad, donde sí pasan los mamarrachos, como pasó en el clásico con hinchas de Newell’s y Central», se quejó Sauan.

La crisis del sector gastronómico, indicó el dueño de Gorostarzu, se profundiza a medida que aparecen los compromisos económicos que debe enfrentar un local para funcionar. A su vez, identifican que las últimas restricciones no fueron fijadas de manera justa para el total de las actividades. «Tenemos que pagar empleados, alquileres, impuestos y no nos permiten laburar. Nos cierran. No veo que sea parejo. Si cerraran todo, sería parejo, pero vemos que está muy demonizada la actividad. No es la realidad. Quieren tapar el sol con la mano», criticó.

«Hace un mes nos bajaron una hora de funcionamiento y fijaron el límite a las 23. Después nos dijeron que podíamos estar abiertos, pero la gente no puede salir, solamente en taxi y colectivo. Ahora directamente nos cierran directamente a las 20, volviendo al funcionamiento take away del año pasado. Eso no es suficiente para solventar el gasto», describió Sauan. 

Ante este escenario, los gastronómicos concurrieron a las puertas de la sede de Gobernación para exigir que se escuchen los reclamos del sector. Frente a la difícil situación económica que atraviesan, consideran necesario avanzar en facilidades que permitan descomprimir las obligaciones impositivas. «El pedido -acentuó el dueño Gorostarzu- también es que nos ayuden a pagar los platos rotos. Necesitamos beneficios, ya sean del gobierno nacional, provincial o municipal: impositivos; vinculados a los servicios de luz, agua y gas. Los créditos dados se quedaron cortos. La Provincia tiene que dejar de hacer caja y destinar los recursos a los sectores afectados. Las ayudas son insuficientes».