La compleja situación por la que atraviesan los trabajadores de la empresa Garbarino se torna desesperante. Desde el sábado, los cuatro locales de la ciudad permanecen con las persianas bajas sin que la firma dé una explicación coherente. En principio, adujeron que se trataba de un cierre por medidas de higiene y que reabrirían este lunes. Sin embargo, a día de hoy, los negocios continúan cerrados y sin ninguna comunicación oficial. Desde el Sindicato de Comercio denuncian un «lock out» patronal.

«La situación que ya venimos denunciando desde el sábado tiene que ver con la no apertura de los locales. Por ejemplo, los locales del shopping este fin de semana no abrieron, teniendo en cuenta que esos son los días que más venden y no estuvieron abiertos. Con esas ventas hubieran podido pagar los sueldos adedudados de los meses de marzo y abril», expresó Juan Gómez, secretario gremial de Empleados de Comercio de Rosario.

El dirigente gremial apuntó contra el grupo empresario, señalando que «se trata de una maniobra para poder pedir subsidios al Gobierno nacional poniendo como rehenes a los trabajadores». «Acá tenemos los trabajadores de esta empresa que están sufriendo en carne propia el desprecio de los mismos empresarios que después van y piden subsidios», enfatizó Gómez.

«Esta situación no tiene ningún tipo de explicación por parte de la empresa.Como se trata de un conflicto a nivel nacional que se viene arrastrando desde hace tiempo, mañana va a haber una audiencia en el Ministerio de Trabajo en Buenos Aires y la Federación de Comercio va a hacer una presentación por estos cierres en distintas localidades del país», explicó el secretario gremial de AEC Rosario.

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En ese mismo sentido, señaló que los contactos con los directivos se hacen a nivel nacional, «porque aquí lo que hay son encargados o gerentes de locales que no tienen ningún tipo de información». «A los trabajadores se les está debiendo dos meses, marzo y abril y bonos que se adeudan de la gestión del grupo empresario anterior, antes de la venta que se realizó el año pasado».

Gómez apuntó además, que está muy claro que «no se trata de un problema de ventas, los mismos trabajadores expresan que la firma ha trabajado y vendido con normalidad». «Por eso nosotros, como gremio, denunciamos un lock out patronal. Esta es una decisión de la empresa».

Por su parte, Cristian, uno de los trabajadores que hoy se topó, nuevamente, con las persianas bajas, relató con angustia que se presentaron a trabajar y se encontraron con esto. «Nadie nos ha notificado de nada. Ni han dicho nada sobre las deudas que tienen con los empleados, bonos de hace tres mese atrás, sueldos de los últimos dos meses… y también hay chicos que están suspendidos y no les depositaron nada. Estamos en una incertidumbre total. Hay gente que ni siquiera tiene para el transporte y vino hasta acá para encontrarse con esto», se lamentó.