Empresas y trabajadores españoles lanzaron una aplicación llamada 4Suma!.es, con el objetivo de instalar una semana laboral de cuatro días en todos los países del mundo. Para dar el ejemplo, las firmas que impulsan esta iniciativa ya adaptaron este esquema de trabajo, al que también consideran beneficioso ante la pandemia de coronavirus.

Cabe destacar que este proyecto no contempla una reducción salarial ni un aumento en la cantidad de horas diarias, sino que busca “reducir la semana laboral a un máximo de 4 días para aliviar los servicios públicos como el transporte y reducir el riesgo de transmisión”, según explican en su sitio web.

Esta idea nació de la empresaria española María Álvarez, a quien las medidas de aislamiento dispuestas ante la pandemia de Covid-19 le resultaron un obstáculo a la hora de atender algunas necesidades de su compañía.

“Al volver a abrir las empresas, mi socia y yo nos dimos cuenta que no tenía sentido volver a la lógica prepandemia. Había nuevas necesidades, todo había cambiado. Teníamos que tomar decisiones drásticas, generar una pequeña revolución en nuestras empresas para optimizarlas”, explicó la empresaria.

Ante la necesidad de reducir riesgos de contagios, ideó la plataforma 4Suma!.es, con el objetivo de que la semana laboral sea de cuatro días, sin que a los trabajadores se les reduzca el salario o se le aumente la cantidad de horas diarias.

Aparte de los beneficios sanitarios, Álvarez destacó que esta iniciativa también tiene un impacto positivo sobre el medio ambiente al reducir el uso de transporte.

Además, permite que el trabajador tenga más tiempo libre y no provoca caídas en los índices de productividad, ya que esto hace que los empleados sean más eficaces.

“No le ponemos más cariño a las cosas por estar 40 horas en la oficina, en vez de 30. En esas 30, podemos ser capaces de producir mucho mejor. A ese punto es adonde queremos llegar. Es lo que tenemos que visualizar los empresarios”, detalló.

La implementación de la jornada de cuatro días es apoyada por los principales sindicatos de Alemania y Japón, el partido laborista británico, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, y la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, entre otros.