Los trabajadores del Hospital Alberdi, cortaron esta mañana por tercera vez la calle Puccio, frente al nosocomio en señal de protesta frente a los reiterados reclamos de seguridad a las autoridades y no ser escuchados. Las amenazas, malos tratos, dentro y fuera de la institución, e incluso intento fallido de dispararle en la cabeza a una enfermera que no murió porque falló el arma y el robo de vehículos en las proximidades del nosocomio son las vivencias cotidianas de los trabajadores municipales.

Al frente del reclamo se posicionaron autoridades del sindicato y un centenar y medio de trabajadores junto al cuerpo de delegados. Los cánticos reclamando seguridad y demandas de protección a las autoridades del efector de salud, a la intendencia y la provincia caracterizó la protesta.

El Secretario coordinador del Sindicato de trabajadores municipales, Sergio Rodriguez, quien ofició de portavoz del personal que trabaja en el Hospital Alberdi, sobre el particular dialogó con Conclusión y manifestó: «Realizamos una manifestación abierta ya que sigue el problema en el Hospital Alberdi y en gran cantidad de centros de salud donde sufrimos agresiones y ataques y ya no sabemos con quién hablar. Lo único que nos falta es hablar con el ministro de Seguridad que no da la cara».

«Es una política del no»,  dijo el representante gremial y denunció que «las autoridades del municipio no quieren instalar un detector de metales y muchos profesionales han sido heridos con arma blanca. En Rosario no hay actitud de cambio, las mejoras no se ven, acá no hay un solo patrullero, esa es la atención que le prestan a los trabajadores».

A la espera de la llegada del secretario general Antonio Ratner, Rodriguez, informó que «se encontraba en una reunión con el obispo con el fin de tratar de llegar a otros destinos, para ver si logramos que nos escuchen, hemos agotados todos los recursos».

E inmediatamente se preguntó: «No entendemos porque las autoridades no reaccionan ante este flagelo de la inseguridad que está acentuada en toda la comunidad. Aquí sufrimos a diario la inseguridad dentro de los hospitales, sufrimos el robo de ropa, pertenencias, celulares e insumos».

Además, especificó que se tuvo que vallar «todo el perímetro del Hospital Roque Saenz Peña, colocar puertas de seguridad, cámaras internas, pero esto es un cuento de nunca acabar».

Entre el personal que manifestaba, nos encontramos con Nadia, radióloga, que hace guardias de 24 horas y que trabaja hace varios años en el lugar. Al ser consultada por Conclusión acerca de cuál era la realidad de ella y sus compañeros respondió: «Como personal del hospital somos los que ponemos la cara y el cuerpo. Acá viene gente bajo efectos de alcohol o narcóticos y somos maltratados tanto verbal como físicamente».

Además, la profesional comentó sobre lo que le aconteció a una compañera suya. «En el mes de diciembre cuando salía de trabajar a las 8 de la mañana, aparecieron dos personas en una moto, le dispararon 4 veces con una arma en la cabeza, por suerte se salvó, porque falló el sistema del revolver, pero psicológicamente quedó muy mal», recordó.

Nadia, nos cuenta como se organizan con sus compañeros para proveerse de comida: «No podemos salir de a uno del hospital, tenemos que ir de a dos o tres. Dentro del hospital, incluso no nos consta que existan las cámaras de seguridad. Al salir para comprar comida nunca salimos solos por miedo, por temor a que nos pase algo».

En el mismo sentido, Nadia agregó que hay «robos y amenazas de los pacientes dentro del hospital, e incluso en los lugares destinados a dormir». «Suelen entrar a los cuartos que tenemos y se llevan todo. A otros compañeros los amenazaron con cuchillos, en otras oportunidades entran narcotizados y y blandiendo armas nos dicen que la vamos a pasar mal si no les damos pastillas. Pedimos más seguridad porque es evidente que lo que pasa porque un solo policía no alcanza. Y la guardia de la seguridad privada tampoco puede hacer nada, con el don de la palabra no alcanza». 

Acerca de las iniciativas que tomo el personal del hospital con los directivos del nosocomio, para mejorar la seguridad del lugar, Nidia nos cuenta que «se les planteó mejorar las condiciones pero todo queda en promesas, nada se cumple, a las 14 se van los responsables y quedamos solos y entonces, les pregunto: que tenemos que ponernos a rezar para que nos cuiden ?»

Por su parte el titular del sindicato de municipales de Rosario, Antonio Ratner, dijo que preocupado por la «realidad de la violencia que sufren los trabajadores de los centros de salud, y porque no reciben respuestas, dialogó con el obispo de la ciudad para manifestarle su preocupación y  quedo al tanto de las situaciones violentas que tiene la salud».

Ratner, dijo que se habló con «funcionarios provinciales, con el ministro de seguridad y el secretario de seguridad y hasta el secretario de Convivencia Ciudadana del municipio, pero no hay respuesta. Es indudable que la falta de entendimiento de lo que decimos tiene que ver con una concepción ideológica. Se quedaron con el hospital de 20 años atrás, que es de puertas abiertas. El hospital de hoy marca otra forma de funcionamiento»

El dirigente de los municipales se lamenta que la metodología de trabajo que se tenga que proponer sea otra y esgrimió: «A mi también me disgusta que tengamos que cercar un efector de salud, pero que podemos hacer?», y continua diciendo que «La realidad nos ha condicionado tanto que nos asustamos por el solo hecho de ver una moto». 

«Estamos lejos de lo que necesitamos», afirmó Ratner,» pero es conveniente prever hechos mayores, para ello debemos discutir una nueva metodología de trabajo con las autoridades, la realidad cambió y hay que darle una respuesta tanto a la población que necesita el hospital como a los trabajadores» concluyó Ratner.