Se cumplió este viernes una semana del paro de maleteros en Mar del Plata, que no permite el acceso de ómnibus a la estación Terminal, medida que se da en plena temporada veraniega y una de las de mayor concurrencia de turistas a la «feliz».

«Hasta que no tengamos una solución favorable para los trabajadores no vamos a levantar el acampe, vamos a seguir eternamente, tenemos para aguantarlo», sostuvo el secretario general de la CTA Autónoma de Mar del Plata, Carlos Amodei.

A raíz del acampe de los maleteros, ubicado en calle 9 de Julio y Misiones, en la entrada a las dársenas, los pasajeros se ven obligados a caminar entre 300 y 400 metros para poder subir a los micros.

El sector exige el pleno cumplimiento del artículo 24 del pliego de la Estación Ferroautomotora, por el cual el concesionario se compromete a brindarle al pasajero el servicio de maleteros.

Desde el Ministerio de Transporte de la Nación instaron al concesionario a que haga cumplir la normativa, pero este se ve impedido, ya que los trabajadores no están dispuestos a volver a realizar la tarea ni a levantar la medida, si no se regulariza su situación, lo que corre por cuenta del Ministerio de Trabajo bonaerense.

En la cartera provincial manifestaron la intención de que haya una «mesa de diálogo» de la que participen todos los sectores: Nación, Provincia, el municipio, las empresas y los maleteros. El objetivo, según transmitieron, es «tratar de encausar un diálogo que genere un acuerdo y una resolución al problema».

«La verdad es que no nos han convocado a ninguna mesa de diálogo, de hecho no queremos más mesas de diálogo. Lo que queremos es una definición para esta situación que ya no da para más», expresó por su parte Amodey. Y agregó: «Ya no hay más diálogo posible, lo que tiene que haber es una definición del ministerio de Transporte que diga quién se tiene que hacer cargo, si la terminal o los empresarios».

La temporada pasada los maleteros habían acampado cinco días en la terminal a raíz del mismo reclamo. Por el bloqueo, que ya lleva una semana, los micros deben cargar y descargar pasajeros en las inmediaciones de la estación, lo que obligó además a desplegar un operativo especial de seguridad en la zona.