En su desafío por cumplir este año con las metas inflacionarias y de impedir el uso de la cláusula gatillo en los acuerdos salariales, el Gobierno exhibe como un logro que un grueso de las paritarias ya hayan cerrado en un 15 por ciento y con apenas un compromiso de «revisión».

En el Ministerio de Trabajo afirman que más de un 75 por ciento de los acuerdos salariales ya están pactados o encaminados. El último que se firmó fue con uno de los gremios más numerosos: el de los albañiles de la Uocra , que aceptó el lunes pasado un 15% a cambio de una recomposición de un 3% por el acuerdo de 2017. Fue un trato casi calcado al del Sindicato de Empleados de Comercio, otro de los gremios aliados a la Casa Rosada.

La mayoría de los sindicatos que aceptó el 15% lo hizo a cambio de algunos adicionales que figuran en la letra chica de las actas, pero que no alteran el porcentaje final. El atajo más común fue una recomposición por la inflación del año pasado. Pero también hubo otro como retribuciones adicionales por productividad y presentismo o establecer adicionales que puedan quedar como permanentes.

Hubo algunos casos aislados de sindicatos que perforaron el techo salarial. Aeronavegantes, por ejemplo, acordó un 25% de aumento con la empresa Andes, a pesar de que con la estatal Aerolíneas Argentinas lo hizo por un 17%, como el resto de los gremios aeronáuticos. Sin embargo, tanto fuentes oficiales como sindicales admitieron que la suba de bolsillo para los empleados de Aerolíneas Argentinas superará el 20% producto de retribuciones no remunerativas, pagos extras por productividad y otros ítems adicionales.

Otro caso que superó el 15% fue el de los trabajadores de entidades deportivas (Utedyc), que pactaron un alza de hasta el 19% en dos tramos y con una revisión en noviembre según el curso de la inflación.

Entre los que todavía faltan acordar paritarias surge una curiosidad: en su mayoría son sindicatos que están enfrentados con el Gobierno. Se alistan allí la Asociación Bancaria, Aceiteros, Camioneros y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).

 El caso más tenso y urgente es el de los bancarios. La paritaria está vencida hace tres meses y ya hubo sin éxito casi diez audiencias entre empresarios, gremialistas y el funcionarios del Ministerio de Trabajo, que encabeza Jorge Triaca .

En un último intento por destrabar el conflicto, Triaca habilitó a los empresarios a dar un adelanto de 7% y una suba anual de 15%. Sin embargo, el gremio que lidera Sergio Palazzo rechazó la propuesta con el argumento de que continúa vigente la cláusula gatillo del acuerdo pactado en 2017. En la jerga, se conoce como «principio de ultractividad» del convenio colectivo, lo que mantiene su vigencia indefinida hasta sellar otro acuerdo.

 El sindicato cuenta con un fallo judicial que por ahora le da la razón. Palazzo quiere sí o sí conservar la cláusula gatillo. Amenazó para el 6 de abril con un nuevo paro; de concretarse, sería el cuarto en lo que va del año.

La UOM comenzará a negociar salarios la semana próxima y el panorama para el gremio no es alentador. Antonio Caló ya relevó casi 1000 despidos en el sector en lo que va de 2018. Ese contexto dificultaría una suba por encima de 15%.

La paritaria de los camioneros se anticipa conflictiva. Hugo Moyano ya advirtió que no aceptará un 15% y a través de su hijo Pablo pidió un 23%. La negociación comenzará entre mayo y junio, y los caciques camioneros buscarán diferenciarse de sus pares de la CGT.

Hace un mes, los camioneros cobraron un bono de fin de año de $9500, pero a diferencia de otras veces no se acordó bajo el paraguas de la Federación de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas sino que fue un trato particular por empresa que no incluyó a los casi 200.000 afiliados.

El otro frente complicado será con la Federación de Trabajadores Aceiteros, cuyo poder de fuego se anida en el circuito sojero de Santa Fe y en el puerto rosarino. Daniel Jofra, el referente gremial del sector, demanda un aumento superior a 15%.

También restan cerrar sus acuerdos los gremios ferroviarios, Uatre, Alimentación y los estatales de UPCN. En el Gobierno descuentan que aceptarán el 15%. A todos ellos los consideran aliados.

Por: Nicolás Balinotti
Fuente: La Nación.