Perder la fuente de trabajo parece que será casi un hecho para los más de cien trabajadores -65 están en planta permanente y otros 50 que se suman de forma temporaria- de la empresa Helados Panda, cuya fábrica está ubicada en la vecina localidad de Villa Gobernador Gálvez. Es que según confirmó Alberto González, secretario de organización del Sindicato de Confiteros, los dueños buscan cerrar las puertas de la empresa y todo indica que ya no habría vuelta atrás.

“En este momento la situación es crítica, en el ingreso a planta nos enteramos que despidieron a 7 compañeros, es una maniobra para que la gente se enerve. Nosotros el día martes a la tarde habíamos tenido una reunión en la empresa con uno de los subdirectores y ahí quedó manifestada la intención de ellos de cerrar sus puertas. El tema es que acá a la gente se le está adeudando parte del sueldo de julio, el aguinaldo y agosto vencido”, afirmó el referente sindical en diálogo con LT3.

A su vez González expresó que el problema en este momento, fuera del cese de actividades propuesto por los empresarios, es que “quieren cerrar la empresa pero no te quieren decir cómo van a pagar al personal ni la tienen clara con la indemnización. Mañana tenemos una audiencia en el Ministerio de Trabajo”. De hecho destacó que desde hace 3 meses no están realizando producción porque “hace 3 meses que no han comprado más materia prima”.

La empresa sólo le pagó a los 79 empleados que figuran en la nómina el 30 por ciento del sueldo de julio.

Dadas las circunstancias, la fábrica se encuentra cerrada, con sus trabajadores custodiando las instalaciones y vendiendo el stock que queda de producto para poder llevar dinero a sus casas, mientras se espera una reunión en el Ministerio de Trabajo para definir los montos indemnizatorios.

«La planta no está tomada», dicen los trabajadores; en realidad la producción de la planta está detenida desde hace tres meses aproximadamente, ante la total falta de materia prima, lo que no parece preocupar a sus propietarios, el grupo empresario correntino Castro.

«Estamos cuidando las instalaciones», insisten los obreros a los que, salvo el edil villagalvense Carlos Dolce, nadie de la municipalidad o de la provincia los visita aunque sea para interiorizarse de la situación.

Curiosamente, los propietarios accedieron a que los trabajadores comiencen a vender al público el stock de helados disponibles en la cámaras frigoríficas del establecimiento, lo que reporta módicas sumas que sirven de alivio a los operarios.

En declaraciones al portal villagalvense 12 Noticias, un trabajador que pidió reserva de su nombre señaló: «Tenemos mucho miedo de que la fábrica cierre, hoy la situación es tan crítica que estamos vendiendo los helados para subsistir. No tenemos más insumos, y además se nos está terminando el amoníaco que ese utiliza para el enfriamiento de las cámaras».

El mismo empleado explicó que «somos casi 80 familias involucradas, acá estamos viendo empleados que lloran en los rincones porque no saben cómo van a sostener a sus familias», expresó el empleado quien concluyó: «Esto es insostenible».

Foto: Salvador Hamoui