Por Santiago Fraga

“Feliz Día del Trabajador”. A esta altura del día, la frase ya la habrá recibido y enviado a muchos de sus compañero/as de trabajo, amigo/as o estimado/as, y la misma tendrá su gran sentido porque (salvo algunos empleos excepcionales) la mayoría contará hoy con su merecido día de descanso junto a su familia.

Sin embargo, también cada uno de esos trabajadores sabe que la situación a nivel país se encuentra en un contexto de crisis y que este 1 de mayo, a nivel general y en muchos casos (salvo algunos pocos afortunados) a nivel individual, se está peor que hace un año atrás.

Según un informe de la UCA, para el tercer trimestre de 2018 solamente un 44,1% de la población argentina tenía un empleo en blanco y en regla, mientras que un 27,2% están precarizados y un 18,6% en el marco del subempleo inestable, contando además con un 9,9% de desocupados.

Mientras el trabajo inestable, que es aquel que incluye trabajos temporarios, no remunerados o las famosas «changas», creció de un 9,7% al actual 18,6%, el empleo pleno quedó estancado, registrando un incremento interanual sólo del 0,2%, según los datos de “Heterogeneidad y fragmentación del mercado de Trabajo (2010-2018)”. Asímismo, a estos números hay que sumarle la gran cantidad de despidos o cierres que semana a semana se dan en el territorio nacional.

No resulta extraño, entonces, que este 1 de mayo llegue tras un multitudinario paro general de 24 horas, que no fue convocado por la CGT sino que fueron los propios sindicatos quienes tomaron la posta.

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Consultada por Conclusión, la presidenta de Siprus (Sindicato de Profesionales Universitarios de la Sanidad) y secretaria general de Fesprosa (Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina), Fernanda Boriotti, aseguró que la de ayer “fue una jornada muy importante” justamente porque no necesitaron “que nadie en particular convoque un paro nacional” sino que hicieron “un paro nacional desde abajo, gestado desde los trabajadores, desde las dirigencias de distintos sectores que necesitaban esta acción en la más amplia unidad”.

Unas 60 mil personas se movilizaron en Rosario, en una jornada marcada por un alto acatamiento, pese a que el transporte no se haya adherido a la medida (y sí, en el caso de los colectivos, pararon hoy).

“Más allá de que no paró el transporte lo pudimos ver en distintas reparticiones no sólo públicas sino también del sector privada. Valoramos como muy positiva la confraternidad con la que estuvimos en la calle, encontrándonos con distintos sectores que no todos marchamos juntos pero nos encontramos, hicimos los saludos y continuamos. Realmente fue una jornada para valorar el crecimiento que hemos tenido para forjar la unidad”, apreció Boriotti.

Que la fecha del paro haya sido un 30 de abril tampoco es casual: “Esto es tener en cuenta que los derechos se ganan, y los derechos que hoy tenemos los han ganado compañeros nuestros luchando, en algunos casos perdiendo la vida, con paro. Lo de que los paros y las movilizaciones molestan… la gente tendría que tomar conciencia (hablo en general de la ciudadanía), que si vos te tomás vacaciones pagas, que si gozás de licencia por enfermedad o por maternidad, que si tenés tu tiempo de descanso o familiar, es porque hubo otros antes que estuvieron luchando de esta misma manera. Con mucha gente en contra, en distintos momentos históricos, y muchas mujeres sellaron su historia con el 1º de mayo y con cada una de las luchas que se dieron en nuestra ciudad, nuestro país y en el mundo”.

 

Más allá de todo, el que lucha y prevalece siempre es el trabajador, que hoy no es ajeno sino que es parte de este contexto de crisis que atraviesa el país.

Nuestros sueldos realmente están depreciados, las tarifas nos llegan con salarios que no nos alcanzan. En el caso de los trabajadores de la salud, con condiciones de muchos compañeros absolutamente precarias, de trabajo en negro, de discriminación salarial como no hemos visto en otro momento, y todo esto siendo un soporte social de una política pública contenedora de la crisis. Estamos en esa dualidad. Somos parte de esta crisis, la vivimos, la padecemos, y por otro lado somos soporte de esta crisis para otra gente que acude a nosotros. Y sin embargo, nuestras condiciones salariales y de trabajo están dejando mucho que dejar”, manifestó desde su lugar la presidenta de Siprus y secretaria general de Fesprosa.

En este sentido, Diego Galantine, delegado de Uthgra, también respondió al ser consultado por Conclusión que “estamos muy pero muy mal” y que para él “no es sólo por la crisis que generó este gobierno sino por la negligencia del gobierno provincial”, asegurando que “el Ministerio de trabajo está terriblemente dibujado” y que “pedís una audiencia y te la dan de acá a un mes”.

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“Como no tenemos una actividad muy importante en lo que es la economía nacional hay muchos trabajadores en negro, y encima tenemos el agravante de que las patronales que tenemos son terriblemente voraces y explotadores. Cuando lo denunciamos, el ministerio nos pelotea con las inspecciones. Nos patea un mes cuando pedimos una audiencia de conciliación, y encima con la crisis que hay los trabajadores aceptan las condiciones laborales terriblemente precarias que imponen las patronales. Cuando vamos a hacer inspecciones nos encontramos con trabajadores que se esconden, que dicen que es su primer día, o que no denuncian su situación en negro”, aseguró Galantine desde su rol de delegado, agregando que el viernes pasado se cumplió un mes de la toma en un reconocido bar-restaurant, donde los empresarios tuvieron que poner dinero una gran suma de dinero y blanquear a todo el personal.

“Es terrible porque los trabajadores se sienten abandonados. Se sienten desprotegidos. No les alcanza la guita para absolutamente nada. Los convenios colectivos están retrasados diez años por lo menos. En la historia de este restaurant yo tengo puesta una luca y media de mi bolsillo para ayudar. El otro día le compré una garrafa a un pibe, medicamento para la muela, a dos pibes les di 100 pesos para el colectivo que no tenían, y vos decís “100 pesos”… cuatro viajes son 100 pesos”, contó con pesar a este medio, reafirmando que “la situación para el laburante es desastrosa desde todo punto de vista”.

En ese sentido, también consideró que “no hay nada para festejar” y que el Día Internacional de los Trabajadores “es para conmemorar”.

Si todos los trabajadores supieran lo de los mártires de Chicago, la lucha que hubo, la sangre que se derramó; si supieran lo que pasó en París, en Rusia, en China, en Tailandia, en todos los lugares, quizás podrían tener un poquito de conciencia de clase”, expresó, asegurando también que los medios de comunicación son parte de esa desinformación sobre lo ocurrido históricamente, como cuando se habla del Día Internacional de la Mujer Trabajadora sin mencionar esa última palabra, quitándole el contexto.

No caben dudas que los trabajadores son quienes más se merecen un día para su disfrute y reconocimiento, pero el contexto actual obliga a que la reflexión también se vuelva necesaria. Los índices relacionados al trabajo reflejan números cada vez peores y no es sólo en el bolsillo donde más se siente, sino también a nivel físico y mental por el desgate y el estrés que genera cada uno de estos factores adversos. Por esto mismo, el principal objetivo de cara al 1 de mayo será que la tendencia haya revertido y los números sean mejores.