Unos 60 mil puestos de trabajo están en grave riesgo a raíz de la crisis en la que se encuentra la industria del calzado en la Argentina, que tiene a unas 1.300 fábricas del sector (el 80% son pymes nacionales) al borde de la quiebra, según confirmaron desde la Cámara de la Industria del Calzado.

El aislamiento obligatorio instalado en el país por la pandemia del coronavirus afecta a muchos rubros, y la situación del sector del calzado es una de las más preocupantes.

“Somos una industria que hoy está totalmente parada. Sin puntos de venta, sin demanda, hoy la situación de riesgo es para las más de 1.300 fábricas del sector. El 80 por ciento son pyme. Estamos hablando del empleo de 60.000 personas contando todo el rubro. Hoy un zapato demanda el trabajo de hasta 40 proveedores. La extensión de la cuarentena sin la posibilidad comercial nos deja en la peor situación, sin saber cómo haremos para afrontar mayo», aseguró Laura Barabas, gerenta de la Cámara de la Industria del Calzado, en una entrevista con el portal iProfesional.

Además, la parálisis en las ventas genera que todo el calzado referido a la colección otoño-invierno no pueda tener salida comercial, con lo cual unos 30 millones de pares de zapatos ya fabricados pasarán de moda, generando pérdidas severas.

«Son alrededor de 30 millones de pares que pasarán de moda y perderán vigencia porque la entrega se lleva a cabo antes de mayo. Hoy no hay a quien entregarle los productos para la estación fría, porque no hay nadie a quién vendérselo. Son pares que, con suerte, el año que viene tal vez puedas vender a menor precio pero fuera de la tendencia», explicó Barabas.

En ese sentido, y siendo lo predominante el calzado para damas, las empresas tendrán que pensar estrategias para vender los zapatos fuera de temporada e intentar aunque sea recuperar así una parte de lo previsto.

Todo esto influye directamente en cada una de las industrias y repercute directamente en la sostenibilidad de los puestos de trabajo. El calzado, de hecho, es una de las actividades en las que más incide la mano de obra y de las que más se ve reflejado esto luego en el precio del producto final, siendo alrededor de un 70% del costo de cada artículo.

A su vez, esto también repercute de forma directa en los proveedores de cada fábrica, que aportan insumos como curtiembres (muchas trabajan sólo para el calzado y la marroquinería), los fabricantes de plantillas, cordones y cierres.

Otro factor de suma importancia y preocupación es que el 80% de todas estas empresas en situación de riesgo son pymes nacionales. En cuestiones geofráficas, donde más se concentra la actividad es en el conurbano bonaerense, seguido de Capital Federal, Córdoba y Buenos Aires.

La gerenta de la Cámara de la Industria del Calzado indicó que está “en peligro el pago de la totalidad de los sueldos correspondientes al mes de abril”, y que la mayor parte de las pmyes alcanzaron “a cubrir los salarios de marzo sólo a partir del acceso a créditos y el endeudamiento”.

«Se puede definir un esquema de trabajo por horas, con procesos diferenciados y una actividad que no se lleve a cabo en horario pico. Se pueden modificar las distancias entre las máquinas en cada fábrica para garantizar la seguridad sanitaria de los trabajadores. Las opciones para reactivar la producción están, se pueden aplicar. Pero antes que todo tiene que existir un lugar donde se pueda vender. Eso es clave para cambiar este momento», concluyó Barabas en diálogo con iProfesional.