Desde la Asociación Gremial de Docentes e Investigadores de la UNR (Coad), se elaboró un informe -producido por el Equipo de Salud Laboral de la entidad gremial- en el marco del presente año académico marcado por un contexto de pandemia.

El informe sintetiza entre las principales ideas que “la apertura de actividades en la UNR no es un hecho aislado y podría repercutir en la salud de la población de la ciudad y la región”, y agrega que el objetivo “de un arduo trabajo se realizó bajo el precepto del cuidado de las condiciones laborales y de la salud de los docentes y del conjunto de la comunidad”.

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Ahora bien, según desarrolla el informe “la evolución del coronavirus es una función directa del número y la densidad de los contactos sociales. Es decir, cuanto mayor actividad ‘cara a cara’, mayor será el número de contagios que puedan producirse”.

“En la provincia de Santa Fe el crecimiento de los casos activos se duplicó luego de la habilitación de actividades que reguló el decreto 1010 (septiembre 2020) que autorizó una gran gama de actividades (desde prácticas profesionales hasta actividad comercial con público y actividades deportivas). Esto implicó un pico de 19.105 casos activos para el 23 de octubre. De no haber mediado estas habilitaciones, siguiendo la evolución de la tendencia en un modelo exponencial, para la misma fecha se hubieran esperado entre 7.000 y 8.000 casos activos”, indicó el trabajo académico.

En ese sentido, “es claro que las medidas de aislamiento y distanciamiento social, que ya llevan un tiempo prolongado, han impactado en la salud de la población: ansiedad y depresión, dificultad en la práctica de actividad física, dificultades en el acceso a los recursos en salud. A su vez, las personas que retornaron a las actividades presenciales han debido afrontar el desgaste de una pandemia que aún está sobre nosotros pues las condiciones en las que se vuelve no son óptimas y la situación no es equivalente a la de pre-pandemia. Es por ello que debemos extremar los cuidados en salud laboral antes de cualquier reintegro a la presencialidad”, indicó el gremio de docentes de la UNR.

En ese orden se detalla en el informe que “las personas que realizan actividades presenciales pueden movilizarse de distintas formas. Por ejemplo, para el caso de los establecimientos con venta ‘cara a cara’, si bien son recorridos por un porcentaje importante de la población, las personas permanecen un tiempo relativamente corto en contacto con otros y la cantidad de gente que ingresa en simultáneo en general está limitada a dos o tres (según el negocio). La densidad del contacto puede ser alta, pero el tiempo de exposición es corto. En cambio, las actividades académicas, tales como las entendemos previas a la pandemia, implican permanencias habitualmente prolongadas con comisiones numerosas de estudiantes”.

“La ventilación de los ambientes resulta la variable más importante en la trasmisión de la enfermedad. La reunión de personas en ambientes poco o mal ventilados facilita la transmisión del virus (aumenta el número reproductivo). El transporte hacia las diferentes escuelas y facultades implica otra situación de densidad aumentada de contactos, siendo el transporte público la peor de las condiciones”, alertó el trabajo académico del equipo de Salud Laboral de la Coad.

En lo que respecta al número, para el caso de las actividades de la UNR, “una apertura plena implicaría movilizar, en el transcurso de una jornada, alrededor de 100.000 personas, entre docentes, estudiantes y no docentes: un porcentaje cercano al 10% de la población de Rosario. De darse en simultáneo con la reapertura del resto del sistema educativo, esto implicaría la movilización aproximada de un tercio de la población de la ciudad en un día laborable, con una mayor densidad de contactos en los horarios picos”, precisa el informe.

A los factores como la densidad de personas y el tiempo de permanencia en contacto “se debe agregar además la consideración de la edad y las comorbilidades de quienes interaccionan (entendiendo que ambas determinan el carácter de riesgo elevado)”, agrega el estudio.

Es por ello que afirmamos que “el retorno a la presencialidad de las actividades académicas debe pensarse muy seriamente en función de las variables consideradas no sólo con vistas a la protección de estudiantes, docentes y no docentes, sino porque su implementación apresurada puede agudizar el crecimiento de los casos en la totalidad de la ciudad. Sin necesidad de considerar una perspectiva extrema de vuelta total a las aulas, un retorno acelerado e imprudente de muchas actividades en simultáneo implicaría movilizar diariamente una porción importante de la población de la ciudad a través de transporte público, para permanecer en contacto con grupos de personas, procedentes de diversos lugares de la ciudad y la región, durante períodos de al menos 2 horas, en muchos casos, en ambientes mal ventilados”, completa el informe de la Coad.