La empresa santafesina Ricedal Alimentos reincorporó  temporariamente a la totalidad de sus empleados, que habían sido despedidos hace un mes, al acatar la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la provincia. Los 24 empleados aceiteros que desempeñan sus tareas en la planta industrial ubicada en la localidad santafesina de Chabás, a 80 kilómetros al sudoeste de Rosario, reiniciaron sus tareas habituales, había informado la Federación de Aceiteros.

La realidad laboral de los trabajadores de la aceitera Ricedal Alimentas de Chabás se complicó luego que se conociera la ratificación de la empresa de despedir a sus empleados y cerrar el establecimiento. Con el cierre no solo se verán afectados los obreros de la firma, sino también aquellos que realizan actividades que genera en forma indirecta la aceitera, y representan un importante aporte para el movimiento económico de la localidad.

La decisión se conoció luego de la audiencia que se concretó en el Ministerio de Trabajo de la provincia el jueves pasado. En el organismo los 18 empleados recibieron una notificación en la que se les informó que prescindirían de sus servicios porque  la empresa decidió cerrar sus puertas luego de la conciliación, que venció ayer miércoles.

Días pasados, uno de los delegados, Pablo Lucero, ratificó que se mantenía en la postura “de cerrar sus puertas, por lo cual 18 trabajadores quedaríamos sin trabajo cuando termine la conciliación”, y confirmó, que «6 de los empleados aceptaron el retiro voluntario ofrecido por la patronal».

Lucero, describió que cuando “la empresa decidió acatar la conciliación todos celebraron esa medida porque existía la posibilidad de volver a recuperar la fuente de trabajo. Pero no fue así. La empresa utilizó ese mecanismo para llevarse el producto terminado de la fábrica y luego ratificó que cerrará sus puertas”, explicó el delgado. Y lamentó que de esta manera “se termina un ciclo y tendremos que salir a buscar trabajo”, concluyó el trabajador.

Cabe señalar que a fines de Febrero la empresa anunció el cierre de su planta que desató el conflicto con sus 28 trabajadores que reclamaban el pago de salarios adeudados. En ese momento, la empresa adujo falta de rentabilidad aunque en 2015 abrió otra aceitera, Alprosa S.R.L., que continúa operando con plena capacidad.

Conclusión confirmó que solo sigue en actividad en la firma el molino harinero.