Lenta y dolorosamente, se deshizo de todo el personal que se desempeñaba en la planta Navarro, en la zona oeste de Rosario, para finalmente despedir este miércoles a los pocos que quedaban.
La noticia se confirmó el mismo día y la Unión Obrera Meraúrgica denunciaron que se trató de una decisión «intempestiva y arbitraria».
De acuerdo a lo informado por el representante legal del gremio, Pablo Cerra, fueron «unos 10 ó 15 los trabajadores» que sin ningún aviso previo se encontraron con la desagradable sorpresa. «Veníamos luchando hace dos años para que esta planta no cierre», lamentó el abogado.
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Desde hace varios años, la fábrica viene en una situación crítica. En la planta ubicada en Navarro, algunos empleados ya habían sido despedidos como consecuencia de los procesos en la reducción del personal y la intención de vaciar las instalaciones de Presidente Perón al 7800 había sido ya denunciada por el gremio. Por entonces, la fábrica contaba con unos 150 empleados.
Durante el mes de noviembre del 2016 Acindar eliminó uno de los dos turnos de laminado y unos 80 empleados tuvieron que tomar retiros voluntarios. La empresa fundamentó la eliminación del último turno por la baja en la demanda a cuenta del contexto económico recesivo.
Por su parte, y en concordancia con la lucha que venían llevando adelante los trabajadores de la planta, el diputado provincial Carlos Del Frade, afirmó que la empresa, lejos de estar en crisis, «facturó durante el 2017 unos 16.053 millones de pesos, ubicándose en el puesto 72 entre las mil empresas que más vendieron en la Argentina. A razón de 43 millones de pesos diarios, 1,8 millones por hora y 30.542 pesos por minuto». «No parece tener razones para despedir a los últimos quince trabajadores que tenía en Navarro», subrayó.
En tanto, este jueves, el gremio iniciará las acciones correspondientes en el Ministerio de Trabajo provincial con el fin de que se pacte una audiencia con la empresa para el día viernes o el lunes.
