Por Leandro Ciliberto

Plato tradicional del noreste de Italia, debido a la abundancia de arroz que tienen esas tierras. El risotto azafranado y con unos langostinos salteados, es ideal para estas noches frescas, perfecto para deleitarte o agasajar a tus seres queridos.

Para el risotto (para 2 personas):

  • 180 gramos de arroz carnarolli
  • 1 cebolla picada
  • ½ zanahoria picada
  • ½ morrón rojo picado
  • 1 diente de ajo picado
  • ½ vasito de vino blanco
  • Aceite d oliva
  • Sal y pimienta
  • 1 capsula de azafrán
  • 30 gramos de manteca
  • 50 gramos de queso parmesano rallado
  • 500 cm3 de caldo de verdura

Para acompañar:

  • 100 gramos de langostinos limpios y pelados
  • Sal y pimienta
  • 1 cucharada de manteca
  • 20 cm3 de vino blanco
  • Para decorar, ciboulet picado

Preparación:

En una cacerola o sartén profunda, colocamos aceite de oliva y los vegetales, cocinamos por 5 minutos. A continuación, agregamos el arroz y dejamos que tome un color nacarado, en ese momento desglasamos con el vino blanco, dejamos que evapore el alcohol salpimentamos y agregamos el azafrán junto con una cucharada de caldo, vamos revolviendo constantemente mientras agregamos caldo a medida que se lo va absorbiendo el arroz, seguimos repitiendo la operacion por 17 minutos (que es el tiempo que tarda el arroz en cocinar) o vemos que el arroz no nos absorbe más caldo. Retiramos del fuego, agregamos la manteca y el queso seguimos revolviendo logrando una consistencia cremosa rectificamos ya con sal y pimienta y lo tapamos.

Mientras descansa el risotto por 5 minutos es justo lo que necesitamos para cocinar los langostinos. En una sartén caliente colocamos la manteca doramos los langostinos bien, desglasamos con el vino blanco. Evapora el alcohol salpimentamos y listo. En unos platos hondo colocamos el rissotto y por arriba los langostinos y por último el ciboulet picado.

Nota: la técnica del risotto es la misma para usar si quieren cambiando los sabores, si no querés usar azafrán y darle sabor con otra especia o usar un puré de arvejas por ejemplo, existen muchas variedades de risotto, el abanico de sabores es a elección de ustedes pero eso si la técnica es para todos idéntica, ir revolviendo el arroz, eso hace que la fricción de los granos nos desprendan el almidón, fundamental para la cremosidad.