La fundanción No Me Olvides se encarga de recibir alimentos y donaciones para los diferentes comedores de Rosario. Llegan a más de 21 centros de asistencia barriales y dice que la demanda se triplicó con la crisis económica originada a raíz de la pandemia.
El club, que alberga a más de 200 personas, entrega entre 150 y 200 raciones de comida para las personas que lo necesiten.
La campaña consiste en dejar una caja en los palieres de los edificios en donde se puede aportar elementos de comida y limpieza. Los encargados de los edificios se encargan de entregarla al Banco de Alimentos. Ya son más de 20 edificios que participan.
Ante la emergencia alimentaria que padecen algunas zonas de Rosario, comedores barriales se unieron en una red y solicitan donaciones de alimentos no perecederos, productos de limpieza e higiene o dinero.
Bajo el lema “ayudar para ser ayudados”, productores, técnicos, editores, plomos, armadores, transportistas, logística, catering, seguridad privada y más rubros se hicieron presentes en los bancos de Rosario este sábado para facilitar la organización y garantizar la distancia social en estos tiempos de pandemia.
Así lo establece la resolución número 89 firmada ayer por Jorge Baclini. También invita a los Fiscales Regionales; fiscales; fiscales adjuntos; funcionarios, empleados y personal contratado del MPA a que adhieran a la medida.
El tribunal superior de la provincia dictaminó este viernes el aporte solidario para la emergencia. La resolución también invita a magistrados y funcionarios a adherir a la medida.
Desde Sivara reciben donaciones y luego las reparten para los trabajadores de la actividad, que no pueden ejercer su labor debido al aislamiento obligatorio.
Ivan Ferraguto y Flavia Condusso son una pareja de rosarinos que se unieron a la iniciativa para aportar su granito de arena ante la emergencia sanitaria desatada por el Covid-19. Ya llevan más de 700 máscaras impresas.
Quienes se anoten como voluntarios deberán acompañar, ayudar con mandados y compras, acercar rutinas de actividad física, entretenimientos, lecturas o hablar por teléfono con las personas mayores que lo necesiten.
El docente universitario e investigador de temas mundiales, se mostró escéptico respecto de como se resolverá para los pueblos el nuevo ordenamiento internacional tras los efectos de la pandemia de coronavirus,
“Quienes habitamos los barrios padecemos no tener agua potable, por ello debemos salir en busca de la misma al tanque, por lo cual es imposible quedarse adentro”, le dijo a Conclusión Yolanda Ruiz, integrante de la Asamblea de Cabin 9.