Los partidos gobernantes socialdemócratas y socialistas del viejo continente, junto a verdes y de izquierda asociados a coaliciones encabezadas por aquellos obtuvieron en gran parte los peores resultados electorales de la historia.
Alemania acusa al Gobierno de Pekín de violar gravemente los derechos humanos y socavar el derecho internacional con su política en el Indo-Pacífico, y le reclama también que ejerza su influencia sobre Rusia, en guerra con Ucrania.
Mientras que el país norteamericano pidió a sus ciudadanos abandonar Ucrania, el gigante asiático clamó por la disminución de la violencia. Los europeos condenaron la ráfaga de bombas lanzadas por Moscú.
Los presidentes de Francia y de Rumania, el canciller alemán y el jefe del Gobierno italiano arribaron imprevistamente a la devastada ciudad. En tanto, el vocero del Kremlin les advirtió que seguir suministrando armas producirá “nuevos daños” a la población.
El ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, aseguró que las zonas residenciales de la ciudad “fueron liberadas por completo”, como así también las ciudades de Liman, Sviatogorsk y otras 15 localidades.
