El incidente ocurrió esta tarde, cuando policías locales que custodiaban el templo detectaron que uno de los visitantes llevaba varios cargadores de pistola en una bolsa.
Ocurrió alrededor de las 8. La zona de Zeballos al 2700 fue vallada y como indica el protocolo, se convocó a la brigada antibombas, quienes comprobaron que, efectivamente, no había presencia de explosivos.
Un arreglo de cloacas para un edificio nuevo provocó una fuga de gas que puso en alerta a los vecinos de la zona pero finalmente fue controlada a tiempo por Litoral Gas.
