Al menos tres de los negocios debieron cerrar por casos detectados el sábado. En tanto, el presidente de la Federación de Policía John Apter indicó que «está tan claro como el agua que los borrachos no respetan la distancia social», tras haber intentado controlar la situación en varios lugares en los que había gente que no hacía caso a las recomendaciones.
Mientras la segunda ciudad más afectada por la pandemia después de San Pablo exhibe una tasa de mortalidad tres veces mayor al promedio del país, Itabuna (sur de Bahía) debe postergar una medida similar por tener completa la capacidad hospitalaria.
El ministro de las Autonomías, Francesco Boccia, consideró que la fase que viene es la de “la responsabilidad para las regiones”. Prevén que en el caso de la gastronomía, podrían incluir una capacidad máxima de una persona cada cuatro metros cuadrados y la distancia mínima de dos metros entre cada mesa.
