Los trabajadores afectados a las obras relativas al reactor CAREM temen por la pérdida de nuevos 180 puestos laborales. Señalaron que “es un proyecto donde hay mucho trabajo para hacer” y que “es una lástima que no se continúe”.
El primero de los escapes fue identificado el viernes pasado cuando se detectó una disminución en el nivel del agua del tanque de compensación. Siguen las protestas que comenzaron con el primer vertido en 2023.
La Central Nuclear había sufrido el desprendimiento y desplazamiento de uno de los cuatro separadores internos del reactor. Con el trabajo de expertos nacionales, y con herramientas diseñadas y fabricadas en el país, se logró reducir los plazos de reparación de cuatro años a diez meses.
Para el operativo de reparación se afectarán unas 200 personas, que trabajarán en el interior de la central durante dos semanas, con un presupuesto estimado en casi US$ 20 millones.
Según Tepco, la compañía creadora del robot, se registran unos 530 sieverts de radioactividad por hora dentro de la vasija de contención y debajo del núcleo del mismo, niveles que son mortíferos para un ser humano.
