Tras conocerse la decisión del Grupo Indalo de cerrar la planta de Villa Constitución, distintos actores de la producción, sindicales y políticos, conformaron una multisectorial para solucionar la situación de los trabajadores.
La autopartista argumentó que quedó amenazada por los problemas de la industria automotriz. Sin embargo, ahora direcciona su mirada al sector ferroviario.
Los trabajadores fueron notificados que se pospusieron los despidos 30 días mientras se busca posibilidad de salvar la histórica fábrica de Villa Constitución. Ya 50 operarios están fuera de la compañía.
Unos 49 operarios dejaron la empresa antes los telegramas de despidos anunciados para el 31 de octubre. Desde la reapertura de la fábrica hace tres años y medio se vienen produciendo suspensiones.
Los trabajadores señalaron que la patronal amenaza con el cierre de la planta y que ellos están dispuestos a seguir «laburando y buscar alternativas de continuidad con la empresa o sin ella».
