El Sumo Pontífice enviará un emisario a Chile para investigar las acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales por parte del obispo Juan Barros, al que le dio su total apoyo en una reciente visita al país.
A mediados del siglo XX ambos estados rompieron relaciones y desde la llegada de Francisco, tras varios intentos truncos, comenzó el proceso de deshielo que ahora volvió a mostrar avances.
El papa argentino ofreció una misa campal ante una multitud que lo clamó en todo momento. Desde tierras peruanas, el pontífice aprovechó para ponderar dos preocupaciones regionales: corrupción y femicidios.
Monseñor Oscar Ojea, presidente de la CEA, afirmó que "da la impresión de que existe una decisión de escamotear el mensaje" ya que "a Francisco se le tiene miedo por su liderazgo e ideas".
El Papa aseguró que el caso Odebrecht "sólo fue una parte chiquita" y criticó que la región "está sufriendo bajo un capitalismo liberal deshumano". “En general la política en América Latina está más enferma que sana”, agregó.
El Sumo Pontífice tuvo que llegar a Perú para sentir el entusiasmo de la población católica, que salió en masa a las calles para arroparlo y que contrasta con la frialdad con la que fue recibido en Chile.
Entre ellos, nueve personas en el marco de una manifestación del el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) y participantes de una marcha realizada por el frente de Trabajadores y Trabajadoras por el Socialismo.
El avión del Papa aterrizó en el aeropuerto de la capital peruana, donde era esperado por el presidente Pedro Pablo Kuczynski y numerosas autoridades. Y en Chile, fue despedido por la mandataria de ese país, Michelle Bachelet.
Francisco dará una misa en Iquique, tierra donde viene creciendo el ingreso de extranjeros. En Perú, pueblos indígenas ya se esperanzan con su llegada: "Representa nuestra única oportunidad".
El Papa visitará este miércoles Temuco, en el corazón de La Araucanía, dónde oficiará la "misa de la integración de los pueblos", luego se reunirá con un grupo de indígenas y regresará a Santiago.
Durante su estancia de tres días en Chile, se reunirá con autoridades, comunidades indígenas, religiosos y pobres, en Santiago, Temuco e Iquique, donde realizará multitudinarias misas.