El portavoz del Gobierno ruso, Dmitri Peskov, recordó que antes de enviar las tropas el 24 de febrero, Putin trató en varias ocasiones de mantener conversaciones con la OTAN, con la OSCE y con Estados Unidos, pero que estos intentos resultaron "infructuosos".
Según un análisis de Aitana Villegasaivilzu de The Washington Post, el objetivo es “poder seguir garantizándole el respaldo de la comunidad internacional” a Kiev.
Desde el gobierno de Rusia alertaron que su par ucraniano, con la asistencia de sus tutores occidentales, lleva a cabo los preparativos para realizar su plan. Estados Unidos, Francia y Turquía rechazaron la acusación de Moscú.
Estos ataques se producen una semana después de que Rusia lanzó una masiva salva de misiles que duró dos días y que afectó a localidades en toda Ucrania, provocando cortes de electricidad y agua en todo el país.
El presidente Vladimir Putin anunció los bombardeos después de la destrucción parcial de un puente construido por su país en la península de Crimea. Las ofensivas con armas de “alta precisión” alcanzaron Kiev, la capital de Ucrania.
El gobernador de la provincia de Kiev, Oleksiy Kuleba, dijo que infraestructura de la ciudad de Bila Tserkva, unos 100 kilómetros al sur de la capital, fue dañada por los ataques nocturnos luego de los ataques con drones kamikaze tipo Shahed-136 contra Bila Tserkva", provocando incendios.
Los presidentes de Rusia y de China se quejaron por los intentos de países occidentales de crear un “mundo unipolar” y conversaron sobre “hacer esfuerzos” para “inyectar estabilidad y energía positiva en un mundo caótico”.
Los presentes, muchos de ellos con flores, ofrecieron sus respetos a Duguina en un salón del centro Ostankino TV de Moscú, donde un retrato de ella en blanco y negro se colocó sobre su féretro abierto.
El filósofo ruso, conocido por su postura antioccidental, sufrió la pérdida de su hija al explotar su coche en la región de Moscú.
António Guterres señaló que “por supuesto, la electricidad de Zaporiyia es electricidad ucraniana” y agregó que “este principio debe respetarse plenamente”. Alertó que "cualquier potencial daño” a la central nuclear “sería un suicidio".
El administrador designado por el Kremlin en esa región, Vladimir Rogov, dijo que el secretario general de la organización global “entiende perfectamente que la retirada” de sus equipos “deja indefenso un lugar que será dañado inmediatamente por los ataques ucranianos”.
El ministerio de defensa ruso afirmó que los tiros de un sistema de artillería entregado por Estados Unidos golpearon sobre las víctimas. Kiev negó las acusaciones al afirmar que "nunca" atacó infraestructuras civiles o de prisioneros de guerra.