El gigante asiático criticó lo que califica como una retirada estadounidense precipitada y mal planificada, y destacó que está dispuesto a profundizar las relaciones "amistosas y cooperativas" con los talibanes tras su toma del poder.
Este lunes, las últimas tropas estadounidenses dejaron Afganistán y los talibanes volvieron al poder después de 20 años, mientras que las potencias mundiales discuten si reconocerán a este nuevo régimen.
Estados Unidos entregó a los talibanes tres puertas del aeropuerto, incluida la entrada de la sección militar, mientras que aún sigue controlando una pequeña parte de la estación aérea en donde se encuentra el sistema de radar.
El movimiento islamista había ordenado el cierre de las entidades para evitar la fuga masiva de capitales. Los bancos privados se niegan a operar hasta que no reciban la orden del Banco Central de Afganistán y el dinero empieza a escasear.
Desde el organismo internacional estudian opciones para hacer ingresar un vuelo con insumos.
Mientras el Estado Islámico se adjudicó los dos atentados ocurridos este jueves en cercanías del aeropuerto, el gobierno de Estados Unidos informó que a causa de las explosiones murieron 12 soldados norteamericanos y otros 15 resultaron heridos.
El encuentro que mantuvo ayer William Burns con Abdul Ghani Baradar se trata del más alto nivel hasta el momento entre Estados Unidos y el movimiento talibán desde su regreso al poder luego de que el domingo 15 de agosto tomara la capital del país.
El interior del aeropuerto está controlado por tropas de Estados Unidos, y soldados afganos están colaborando con los esfuerzos de evacuación. Los talibanes acusan a Estados Unidos del caos en el aeropuerto y dicen que no hay ninguna necesidad de huir de Afganistán.
Anteriormente el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, había informado que la OTAN ayuda a mantener el aeropuerto de Kabul abierto para la evacuación.
Es la décima capital provincial que cae en manos insurgentes en una semana, mientras continúan su arrollador avance pocas semanas antes del final de la misión militar estadounidense en ese país.
La misión de la organización global en ese país asiático denominada Unama, aseguró que las bajas en la primera mitad de 2021 "alcanzaron niveles récord con un alza especialmente brutal de muertos y heridos desde mayo".
El ataque no fue reivindicado por ningún grupo y ocurrió en medio de una tregua de tres días entre el movimiento islamista y rebelde talibán y las fuerzas del Gobierno.