El 4 de febrero de 1905 la Unión Cívica Radical liderada entonces por Hipólito Yrigoyen encabeza un nuevo alzamiento con el objetivo de terminar con el fraude electoral. Otro intento fallido que finalmente vio sus frutos en 1912 con la sanción de la Ley Sáenz Peña.
La escultura fue restituida a su lugar habitual tras haber sido resguardada en la oficina del secretario de Comunicación, Juan Pablo Biondi.
El mandatario nacional de ese momento, Hipólito Yrigoyen reconoció que la iniciativa de «procurar un descanso necesario a obreros y empleados, ofrece dificultades de todo género, cuando se trata de hacerla efectiva» y envió un proyecto al Congreso para «subsanar estas deficiencias».
El diputado de Unidad Ciudadana en el Frente para la Victoria, instó a los legisladores del oficialismo a dejar los eufemismos de lado y decir que los «golpistas son golpistas y los pretextos son pretextos».
Jorge Cortes, jefe comunal de Hipólito Yrigoyen, volvía de la reunión que los intendentes mantuvieron con Axel Kicilloff
