Desde la organización de los trabajadores de la educación señalaron que la decisión tomada por el Gobierno de la ciudad “solo se enmarca en una campaña de marketing político que el Jefe de Gobierno prioriza por encima de la salud de la comunidad educativa».
La medida de fuerza obedece a un “viejo reclamo del pago de un bono adeudado a los trabajadores por parte de las empresas” y por “la insistencia del Gobierno de la ciudad» en querer producir una rebaja salarial «de hasta 20.000 pesos por mes”.
El secretario adjunto de la Asociación de Docentes Ademys señaló que “el Gobierno porteño desliga todas las responsabilidades en las familias y en las conducciones escolares. También se refirió a otros problemas que enfrentan en las escuelas.
Los trabajadores porteños alegaron que la marcha es para «visibilizar un conflicto que lleva meses», donde piden por condiciones dignas de trabajo, por la provisión de los elementos necesarios para su desempeño y por las paritarias.
Movimientos sociales exigen la aplicación de un protocolo de prevención que garantice el agua corriente en todos los barrios populares.
