Para Lerena hay "un modelo en el que está en juego. En el remate al mejor postor, no hay fundamentos relativos a la estrategia nacional, al desarrollo poblacional e industrial ni la generación de empleo argentino", sentenció.
La cifra corresponde a 2022, y supone un aumento desde la pandemia de Covid-19. Esto "pone en peligro el objetivo de acabar con el hambre en 2030", advirtieron. En Sudamérica hubo un descenso alentador.
El sumo pontífice resaltó "la necesidad de que las intervenciones sean planificadas y programadas para que contribuyan a erradicar totalmente el hambre y la malnutrición, y no sean simplemente la respuesta a carencias circunstanciales o llamamientos lanzados con motivo de emergencias".
Una serie de declaraciones y acontecimientos describen este lunes la situación en la que se encuentran los protagonistas del enfrentamiento como así también las derivaciones internas y externas de los hechos que están en pleno desarrollo.
El proyecto es liderado por el Gobierno argentino, a través del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, con el acompañamiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el financiamiento del GCF.
Los ministros de Agricultura de los países de las Américas refrendaron una resolución en la que afirman que los productores agrícolas tienen que estar debidamente representados y su papel central para la alimentación también debe ser reconocido.
Según la FAO, los incrementos se apoyaron en "la sólida demanda de Asia oriental, ante la escasez de la oferta en Oceanía provocada por la reconstitución en curso de la cabaña ganadera y los bajos niveles de existencias".
Del encuentro virtual participaron cerca de 200 líderes de países de la región, entre los que se destacaron Javier Miranda, del Frente Amplio de Uruguay; Ana Laura Soto, del Partido Nacional de Uruguay; Mónica Valente, del PT de Brasil y representantes de América Latina y el Caribe.
El Sumo Pontífice pidió crear un fondo mundial para contribuir a la alimentación y al desarrollo de los países más pobres "con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares". Estimó que con ello "se evitarían muchas guerras y la emigración" de tantas personas y sus familias.
Estas proyecciones no consideraron el impacto del Covid-19, por lo que se estima que el hambre será aún más acuciante cuando se contabilicen los efectos de la pandemia sobre la seguridad alimentaria.
El mensaje del Sumo Pontífice fue dirigido a Qu Dongyu, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y pidió hacer eco "del grito de tantos hermanos nuestros que siguen sufriendo las tragedias del hambre y la malnutrición".
El fenómeno "parece seguir avanzando", alertan los expertos de la FAO y la OCDE, "especialmente para los sectores pobres de la población, las mujeres, las poblaciones autóctonas, las personas de ascendencia africana y, en ciertos casos, los niños".