La administración de Estados Unidos envió al país azteca un total de 14.470 personas deportadas, de las cuales 3.091 son extranjeras. Esta cifra refleja el continuo flujo de deportaciones y subraya el impacto de las políticas migratorias estadounidenses en la región, especialmente en México, que se ha convertido en un punto clave en el proceso de retorno de migrantes provenientes de diversos países.
La controversia se resolvió cuando Estados Unidos aceptó la propuesta de Colombia de recoger a sus ciudadanos deportados en aviones de la Fuerza Aeroespacial Colombiana para que pudieran viajar sin esposas ni grilletes y en condiciones dignas y seguras.
El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, anunció durante la noche del domingo que el impase diplomático entre Colombia y Estados Unidos fue superado debido a la decisión de recibir a los inmigrantes “pero garantizando condiciones dignas”.
La medida de deportar a los ciudadanos nicaragüenses se llevó a cabo a través de una resolución de la Corte Suprema de Justicia, quien ordenó la pérdida de su nacionalidad y el decomiso de todos sus bienes por parte del Gobierno.
El Gobierno francés tiene intención de integrar esta disposición a la futura ley de orientación y programación de la Secretaría de Gobernación, que se presentará a final del verano boreal.
