Las autoridades nacionales resaltaron que las medidas obligatorias de aislamiento al regresar al país buscan retrasar lo más posible el ingreso de la variante Delta. De esta manera, se podrá avanzar en el operativo de vacunación sin atravesar una tercera ola de contagios. Si continúa el incumplimiento, el escenario sanitario podría agravarse.
En momentos en que los muertos y el nivel de contagios es récord, el Presidente reiteró que el único medio de combatir la enfermedad es el aislamiento, aunque reconoció que por la cuarentena hay «estrés, desánimo» y también «incertidumbre» en la población.
El pedido de Jorge Bergoglio se da cuando algunos países, como Italia, informaron ya un plan de flexibilización gradual de las restricciones que supone, de todos modos, una larga «fase de convivencia» con el virus.
Los especialistas que asesoran al Jefe de Estado le plantearon la necesidad de tener «algún grado de apertura para que la gente pueda salir de las cuatro paredes de su casa». Igualmente, el mandatario aseguró que comprende a los gobernadores que no adhieren a la medida: «hay realidades distintas».
Su impulsor, el diputado nacional Facundo Suárez Lastra, reclamó que «el aislamiento continúe sin generar traumas» a los más pequeños y señaló que con esta medida podrán «pasarla un poco mejor en el encierro».
