Los habitantes de Avdiïvka, ciudad industrial controlada por las fuerzas de Kiev, no tienen electricidad y el agua corriente se corta regularmente. La calefacción es además esporádica, con la temperatura que cae a -12ºC.
Desde hace dos días, el régimen del presidente Bashar al Asad y su aliado ruso suspendieron los bombardeos aéreos sobre los barrios del este de Alepo, donde viven unas 250.000 personas.
Los enfrentamientos se dieron entre los guardias de las instalaciones, leales al gobierno de unión nacional, y las fuerzas del gobierno no reconocido, lideradas por Jalifa Haftar.
Este avance se produce cuando el ejército afgano está desplegado en varios frentes desde que los rebeldes amenazan con tomar el control de otras dos capitales provinciales, Lashkar Gah y Kunduz.
El anuncio llegó luego de intensos esfuerzos diplomáticos internacionales para intentar restablecer una agónica tregua que regía en Siria desde febrero y extenderla a Alepo.
Una tragedia irreparable ocurrió en la mina de Zasiadko, al este del país. El conflicto interno entre fuerzas de ese país y los separatistas prorrusos dejó más de 6.000 muertos en diez meses.