Con una producción menor a la registrada en julio, la venta de uno de los productos clásicos en la mesa de los argentinos volvió a resentirse al compás de la depresión salarial que atraviesan los sectores populares.
Esto se da por el creciente peso de las exportaciones, dado que las ventas al exterior se mantienen prácticamente constantes, con un 30% del total faenado, mientras se contrae el mercado interno.
Entre julio y octubre, el precio de la hacienda no tuvo mayores variaciones, al menos en su impacto estadístico. Esta semana hubo un salto. El consumo per cápita retrocede cada día y se mantiene en los niveles más bajos de los últimos cien años. Hubo reunión de ministros «para analizar la dinámica».
«Se le contó al presidente que aumentó la producción entre 8% y 10%, las exportaciones y el consumo 6%, y el precio de la carne quedó muy por debajo de la inflación», afirmó el titular de la Cámara de la Industria de Carne.
