La participación de los puertos del Gran Rosario en los embarques de granos, aceites y subproductos argentinos cayó en 2021 a su menor porcentaje en casi un cuarto de siglo por la peor bajante del Río Paraná en más de 50 años, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
La falta de lluvias y la prolongada bajante que viene registrando el río Paraná se hacen sentir en sus afluentes. En el arroyo Ludueña, que pasa por el norte de la ciudad, se aprecian hilos de agua en algunos tramos, mientras que varios botes quedaron encallados en la arena, imposibilitando su navegación.
Según los registros fluviales tomados este miércoles, la altura del río en Rosario era de 0,15 metros. A este ritmo, se prevé que el 11 de enero podría medir -0,10 metros; y el 18 de enero, 0,10 metros.
Esta mañana, se decidió extender la suspensión de los viajes al banquito San Andrés, para no poner en riesgo la navegación y la integridad de los pasajeros.
La Nueva Terminal Fluvial decidió suspender el servicio de lanchas desde hoy hasta el 2 de enero, debido a la altura actual del río.
Nuevamente, el río está muy por debajo de los niveles necesarios, sobre todo para las operatorias comerciales con contenedores y granos, lo que genera una pérdida en renta e impuestos para la provincia.
La norma determina que el Consejo Nacional para la Gestión Integral del Riesgo y la Protección Civil será el encargado de definir las localidades alcanzadas por la normativa.
En el caso de la harina de soja, el principal producto de exportación de Argentina, las pérdidas fueron contabilizadas en US$ 484,9 millones, mientras que en el aceite se calcularon en US$ 135,2 millones.
La perspectiva al 30 de noviembre "es aún desfavorable, con probabilidad de extenderse en los subsiguientes dos meses por lo menos", aseguró el Instituto Nacional del Agua (INA), en línea con lo previsto. Un repunte esta semana había alimentado ilusiones mayores en Entre Ríos.
A causa de la bajante, los buques que ingresan al Gran Rosario no pueden completar sus cargas por la falta de calado, por lo que deben hacerlo en terminales del sur bonaerense, como las de Necochea-Quequén y Bahía Blanca, las cuales alcanzaron cifras récord en agosto.
Desde el Instituto Nacional del Agua indicaron que actualmente se produce una situación "engañosa", porque el río se encuentra estable a partir de algunas lluvias que se registraron en los últimos días y la liberación de aguas de represas.
El Instituto Nacional del Agua (INA) apuntó que prevalece una "tendencia descendente" que "continuará predominando en los próximos tres meses" al menos, y pidió "especialmente" mantener "la captación de agua fluvial para consumo urbano".