El cineasta estadounidense Woody Allen comienza a rodar esta semana su nueva película en San Sebastián, un homenaje al cine, alejado de la polémica por presuntos abusos sexuales que lo persigue.

«Mi filosofía siempre ha sido que no importa lo que pase, uno se mantiene enfocado en el trabajo y sigue trabajando, sin importar lo que ocurra con tu vida, familia, niños, acontecimientos, política», aseveró en la rueda de prensa para presentar el filme en la ciudad del norte de España.

«Me enfoco en el trabajo y eso es lo que realmente absorbe mi tiempo y mis esfuerzos», dijo el veterano realizador de 83 años, al ser preguntado por el movimiento #MeToo, en el marco del cual tomaron nuevos bríos las acusaciones en su contra de su hija adoptiva Dylan Farrow.

Allen siempre ha negado las acusaciones de haber abusado de Dylan cuando esta tenía siete años, a principios de los años 1990. En su momento, dos investigaciones no hallaron pruebas suficientes como para inculparlo, pero Dylan, respaldada por su madre adoptiva (y expareja del director) Mia Farrow y su hermano Ronan, renovó sus señalamientos en los últimos tiempos a la luz del movimiento #MeToo contra el acoso.

La polémica deterioró la imagen de Allen, llevando a varios actores que trabajaron a sus órdenes a distanciarse de él y a Amazon a romper un millonario contrato para producir y distribuir cuatro de sus filmes, algo recurrido en tribunales por el director, quien le reclama al gigante de la distribución 68 millones de dólares.

Su largometraje «A Rainy Day in New York», parte de ese acuerdo, quedó en un limbo en Estados Unidos y será estrenado en salas en los meses siguientes en algunos países europeos.

En este adverso contexto, la película que rodará en San Sebastián a partir del miércoles y hasta el 20 de agosto significa un soplo de aire fresco para el ganador de cuatro premios Óscar, con medio centenar de filmes en su haber.

A estrenarse el año que viene, se trata de una comedia romántica que girará en torno al Festival de Cine de San Sebastián, explicó Allen en rueda de prensa.

Protagonizada por Christoph Waltz, Wally Shawn, Gina Gershon, Elena Anaya y Sergi López, será un «homenaje a los grandes cineastas y grandes películas que han emergido a través de la historia de los festivales de cine», explicó.

La película, aún sin nombre, será una nueva muestra de su idilio con Europa donde su cine ha sido tradicionalmente mejor recibido que en Estados Unidos.