Por Ariana Robles

Que un músico toque el bajo no es extraño. Sin embargo, lo que diferencia a Willy González del resto es que con una formación contemporánea y del jazz logró fusionar su instrumento con el lenguaje del norte andino y el folclore.

Este año decidió formar un dúo con Victoria Morán,  una de las cantantes más notables de una corriente que intenta recuperar al tango.

Este dúo presenta un sonido propio  y amalgamado, atravesando el cancionero de música popular argentina (tango y folclore), y latinoamericana con novedosas versiones, desde tangos de Carlos Gardel y Anibal Troilo, hasta versiones de zambas, gatos, huellas y chacareras de nuestros  compositores  más importantes

Previo a la presentación de este viernes en El Aserradero (Montevideo 1518), el reconocido bajista, Willy González, charló con Conclusión sobre su carrera y las expectativas que genera esta nueva formación.

-¿Con qué se va a encontrar el público este sábado?

-Este es un dúo que empezó este año. Si bien tanto Victoria Morán como yo, tenemos una amplia trayectoria, recién este año decidimos tocar juntos. Para mí es un proyecto muy interesante porque confluye en un mismo repertorio, con piezas del folclore y el tango, algo que no es muy habitual. Más allá de eso, artísticamente me estimula mucho este camino porque me estoy encontrando con un montón de novedades después de haber recorrido 40 años de carrera.

-¿Como fue esa decisión de armar una dupla con Victoria Morán?

-Mira, nos conocimos por la cantante Lorena Astudillo, quien nos invitó a un concierto. Quedé muy impactado con la voz de Victoria, es una cantante muy reconocida, y a partir de ahí la invité a un concierto con mi trío y ahí pegamos onda y le propuse hacer un dúo. Fue así como surgió.

-¿Y qué expectativas tienen como dúo?

-Mira, la verdad los tiempos están muy raros, muy difíciles. Tengo una expectativa artística enorme pero no así con el público porque el panorama está muy extraño. Nunca viví una situación tan cambiante.

-¿Y a qué crees que se debe?

-Se debe a que hay una comercialización de todos los canales televisivos o de radiodifusión y entonces apuntan solo a las cosas más comerciales. Es lo que está sucediendo en general con la cultura.

-¿Desde lo musical qué creen que pueden aportar?

-Desde la formación con un bajo de seis cuerdas acústico, y de una voz como la de Victoria, creo que es algo  único. Con eso ya partimos desde un lugar diferente, después el tiempo dirá si logramos tener una personalidad en cuanto a sonido que es algo muy reciente para marcarlo, pero creo que podemos llegar a hacer un dúo que deje una marca.

-Siendo un músico con una formación contemporánea de jazz, ¿por qué decidiste embarcarte en esta rama folclórica?

-Mira, en realidad yo lo plantearía al revés. A mí siempre me gusto la música argentina, mis padres escuchaban eso, pero  cuando empece a tocar  lo que sucedía era que todo el mundo tocaba rock y después apareció la fusión y el jazz, hasta que en un momento decidí tomar las riendas y dejar de tocar lo que estaba mas a mano para ir a buscar lo que tal vez estaba más complicado. Lo llamativo fue que no era fácil en los años 90 tocar folclore, por eso ahí decidí desarmar el grupo “Monos con navajas”  y arrancar con el folclore, algo de lo que no me arrepiento.

-¿Cómo fue la respuesta del público y de tus pares en el mundo de la música de integrar al folclore un bajo de seis cuerdas?

-Sucedieron dos cosas: amores y odios. Amores porque hay mucha gente que se identifica con el lugar que tomé, mucha gente admira el trabajo que he hecho y hay gente que piensa que ese no es el camino y que el jazz es lo real, que la música internacional es la que funciona. Sin embargo, considero que es más interesante poder contar la historia de mis abuelos y proyectar hacia mis nietos, que estar imitando la cultura de otro país.