SáBADO, 30 DE NOV

Willy Crook vuelve junto a Deborah Dixon en una imperdible noche de soul y funk

La ciudad de Rosario y el escenario de McNamara vuelven a ser sedes de un enorme recital, cuando el saxofonista se presente junto a los Funky Torinos y la cantante este viernes a las 22.

Este viernes desde las 22, el escenario de McNamara (Tucumán 1016) se copa con una propuesta imperdible: el mítico saxofonista del rock nacional Willy Crook se presenta con su banda los Funky Torinos y teniendo de invitada ni más ni menos que a Deborah Dixon una de las mejores y más potentes voces del rock, soul, blues y gospel argentino.

La mesa servida promete una noche única de soul y funk, con los mejores temas del músico que supo pasar por grupos como Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota o Los Abuelos de la Nada.

En ocasión de su anterior visita a la ciudad, Conclusión dialogó largo y tendido con el músico. A continuación, revivimos esa entrevista:

Willy Crook: “Estoy re contra capitán de mi propio botecito”

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Por Santiago Fraga

— ¿Qué va a ser un poco lo que vamos a poder escuchar? ¿Qué tenés preparado?

— Por lo general no sé muy bien qué va a pasar en los shows. Digamos que nos aprovechamos del jazz en ese aspecto. Como dijo Miles Davis: “Si no te equivocas, no estás buscando nada y no  estás improvisando”. En ese aspecto somos muy Miles Davis. Además tengo un par de invitados, la señorita Ainé en coros y Tita Smith en trombón a vara, que es de ahí de Rosario así que nos estaremos conociendo, y con mis músicos que son unos degenerados, unos jazz funkers vertiginosos, y siempre suceden cosas nuevas, felizmente. Estoy contento con la banda que tengo, son la justa evolución de los antiguos Funky Torinos: (Miguel) Valentino, (Carlos) Patán, Timoty (Cid) y (Jorge) Pasquali.

— Siempre en los shows se te ve muy distendido, incluso antes del mismo salís y hablás con la gente mientras tomás algo. ¿Cómo vivís vos el momento de un recital? A diferencia del que se pone nervioso o lo refleja de otra forma.

— Los nervios los tengo para lograr salir de casa (risas). Esa es una cosa espantosa. Soy un gran perdedor de ómnibus, de aviones y de taxis. Me cuesta muchísimo, pero una vez que estoy ahí disfruto muchísimo de lo que hago y me considero un afortunado de poder vivir de lo que hago, en un mundo de tanta gente que hace lo que odia y encima no vive; sobrevive. Así que estoy muy agradecido a los poderes del cosmos en ese aspecto, con algo que también genera beneficios a la gente, porque al igual que en el oficio más viejo del mundo, por una cifra módica te podemos distraer de tu vida durante una hora larga, y con la ropa puesta.

— ¿Y Rosario? ¿Qué te genera?

— Rosario es una ciudad muy heavy. Hemos tenido días, hecho unos shows espantosos y después he pedido disculpas y he devuelto shows; ha pasado de todo en Rosario. Para mí es una ciudad muy importante, como Córdoba, son como las ciudades Capitolio de Los SimpsonsConsumen mucho arte, la gente sabe lo que quiere, y veo que vienen a mis shows y me parece bien porque veo que son gente con preparación de oído, son gente que curte muchas cosas. Sabemos que si la pasamos bien arriba, se la pasa bien abajo, y esperamos que eso se contagie.

— Te pregunto sobre tus discos, ya que del último han pasado doce años (Fuego Amigo, 2004), sin contar aquel con Gillespi en vivo, del que también ya han pasado cinco años (Live from Rulemania, 2011), ¿tenés ganas en un futuro de grabar algo nuevo o cómo te manejas con eso?

— Acabo de terminar un disco que fue muy sufrido. Un disco que en vez de estar hecho “gracias a” está hecho “a pesar de” un montón de cosas. Se va a llamar Short Play, ya está grabado y le falta la tapa. Asimismo hice una reedición de Fuego Amigo que la estoy vendiendo yo en los shows. Estoy re contra capitán de mi propio botecito y cada 50 años se me ocurre alguna idea rentable. También estoy en tratativas para sacar en vinilo Big Bombo Mamma y todos los otros discos,  y con la banda actual ya tenemos el disco terminado pero también estamos pensando en cualquier momento hacer un disco en vivo.willy crook4

— ¿Esto de ser “el capitán de tu propio bote” tiene que ver también con el “a pesar de” o ese “a pesar de” va por otro lado?

— Esto es rocanrol, no es karaoke (risas). El tema está en si vos tenés la libertad suficiente para que el viento de proa te dé vuelta y te vengas de popa y sepas también para dónde ir cuando te dás vuelta; bueno, eso forma parte de la vida del artista. El artista, cuando solamente le dan una opción, tiene que trotar por la segunda, poner la cita en la tercera y elegir la cuarta. Esa es realmente la prorrogativa y la gracia de ser artista, que podes inventarte el camino paralelo. Para vos y para los que accedan a lo tuyo. ¿Cuántos escritores expresan de una manera clarísima lo que sentimos? Ese poder que tiene el arte, la música, la literatura, es formidable.

— ¿Cambió la cultura del rock? ¿Cómo ves hoy en día la movida?

— La veo mucho más concurrida. Mucho más habitada. Y gracias a que los pioneros del rock, los que pelearon contra la dictadura con la música, que calculá que en la dictadura estaba prohibido, ser músico era ser un delincuente, lisa y llanamente, entonces ese tipo de gente, de los que hoy quedan muy pocos y recomiendo que vayan a ver como Javier Martínez, Charly García, Litto Nebbia, realmente marcaron un hito gracias al cual hoy nos encontramos con escuelas de música, que me encantan y me cago de amor de ver esas cosas. Yo en mi infancia jamás pensaba que iba a ver una escuela en la que alrededor de la música hicieras la secundaria, como en Rosario también hay. Entonces eso hace que la cantidad de músicos que hay este momento en el panorama es muy superior a la que yo conocía. También eso podemos decir que va en deterioro y menoscavo de la calidad musical. La calidad siempre es enemigo de la cantidad. Pero eso es también si nos ponemos muy quisquillosos, porque todo el mundo tiene derecho de hacer su cancioncita.

Lo que no aplaudo en lo más mínimo en esta cultura del nuevo rock son los grupos tributos al tributo al grupo que hace tributo de otros tributos y que parecen programas de televisión hablando de lo que pasaba en Tinelli: un programa hablando del programa de lo que dijo el programa. Pero la cultura del rock es simplemente un estilo de vida, pero un estilo de vida de mente abierta. Eso es lo que yo creo: la mente es como un paracaídas, si no está abierto, no funciona. Eso es, no todas esas pelotudeces de las drogas y esas estupideces. Es música, es cultura, es ilustrarse, prepararse; mis músicos son gente muy preparada y con mucho vuelo, tienen la mitad de mi edad y yo los veo y digo: “Joder, mirá que buena fórmula encontraron”. Una fórmula invencible, que es lo que yo veo para el rock de estos tiempos.

El otro día toqué con la Mona Jiménez y es un tipo que tiene mucho rocanrol. Más rocanrol que muchos que conocemos. Es un titán, puro rock. También curto con músicos de jazz, de música electrónica, escucho muchísima. Creo que en el resultado que termina en música no importa los medios que utilizaste.

— Hace pocos días se cumplieron 15 años del último recital de Los Redondos. ¿Cómo sentís hoy en día tu relación con la banda?

— Calculá que yo entré a Los Redondos con 18 años y estuve hasta los 20 y algo. Fue una cuarta parte de mi vida prácticamente. Para mí fue parte de mi formación, en lo espiritual más que nada, cosa que sigo aplicando ahora, de conceptos, de trato en lo humano, en la inteligencia personal para sobrevivir al rock y llevarlo willy crook3adelante. Así como a continuación de eso conocí a Melingo y él me enseñó en otro sentido la amplitud de estilos, pero para mí Los Redondos son un orgullo y soy parte de eso y lo seré siempre: “Yo estuve ahí mami, oh yes” (risas). Lamento un poco que se haya transformado en fanatismo. No es algo muy benéfico para el crecimiento humano, pero bueno, esto es rocanrol.

— Enrique Symns dijo una vez en una entrevista que vos tenías “el récord mundial de días sin dormir”.

— Uh, me distraje (risas). Tú sabes. Estaba muy ocupado en ciertas cuestiones que tenía que pensar que no tenía tiempo para dormir. Estaba haciendo un curso de astronauta porteño. No sé qué responder a eso. Para que yo no sepa que responder a eso es gravísimo (risas).

— ¿Tu relación con Enrique terminó bien?

— Sí, todo lo bien que puede terminar una relación con Enrique Symns. Siempre y cuando escribe de vos y todas esas cosas. Nah, a él lo quiero, hemos sido compañeros, compañeros de aventuras, y me enteré que estaba muy jodido pero no podía hacer nada al respecto, así que bueno, está todo bien. Después, con respecto a mis andanzas, si mi nombre está bien escrito está todo liso, como me dijo James Brown.

— ¿James Brown?

— Cuando le pregunté por los quilombos y todo eso, él me dijo: “Vos preocupate porque tu nombre esté bien escrito”.

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