El cine argentino triunfa una vez más con este thriller llamado «Las grietas de Jara», basado en la novela homónima de Claudia Piñeiro.

Un grupo de arquitectos hace caso omiso a cierta preocupación de Nelson Jara (Oscar Martínez), en relación a que su casa sufre grietas a causa de un edificio en construcción. A partir de allí, se desarrolla un gran problema que vuelve a acechar a estos técnicos, cuando una mujer les pregunta por Jara.

La película de Nicolás Gil Lavedra trae una historia inquietante en la que se revive el clásico juego «del gato y el ratón», en la que Jara está dispuesto a hacer hasta lo imposible para que lo indemnicen.

Tal es así que se obsesiona con el personaje de Joaquín Furriel, un arquitecto de mediana edad que tiene problemas con su mujer y su hija adolescente. Martínez hace que amemos y odiemos a la vez a este hombre que tiene como fin, obtener una devolución económica.

Furriel se encuentra en medio de una situación en la que sus jefes Marta (Soledad Villamil) y Mario (Santiago Segura) no quieren ceder ante el pedido de Jara. Ahí es donde se desarrolla esta historia inquietante.

«Las gritas de Jara» es una película dinámica y efectiva que logra su objetivo, el de inquietar al espectador de principio a fin.

Calificación: Buena